LAS AUTORIDADES BUSCAN PRISIONEROS IMPORTANTES FUGADOS

25 Diciembre

“Ayer se escapó de la custodia a importantes prisioneros y ahora se está llevando a cabo una intensa persecución. Se advierte a la gente que no los ayude so pena de un proceso penal y de sanciones severas si es condenado.

“Según fuentes confidenciales, pero no confirmadas por las autoridades, se cree que los prisioneros son Aodh Rua Ó Domhnail y Art y Henry O’Neill, del los clanes importantes de la provincia de Ulster, cuales escaparon de su confinamiento en el castillo de Dublín. Se cree que se sospecha de asistencia interna.

“Los prisioneros pueden dirigirse en una de varias direcciones o pueden haberse separado. Es probable que el frío y la nieve retrasen su avance, pero también impiden la búsqueda”.

Tal, en el lenguaje moderno, podría haber sido la respuesta de los medios de comunicación de los ocupantes ingleses a la fuga el día de Navidad de 1591 de los rehenes políticos Aodh “Rua” (“Pelirojo”) Ó Domhnail, Art & Henry O’Neill del Castillo de Dublín. Un asistente se reunió con ellos y les dio ropa ligera para que se cambiaran de las que se habían ensuciado por su escape a través del conducto del baño del castillo.

El Record Tower, Castillo de Dublín, tomado en recién anos. (Foto: D.Breatnach)

Los fugitivos estaban mal provistos y vestidos o se habían separado de las provisiones y la ropa preparadas y estaban a pie. Además, al salir de la ciudad de Dublín, uno de los hermanos Ó Néill (‘Henry’), se separó y se hizo su proprio camino.

Cuando llegaron a cierto lugar en las montañas de Wicklow, Art Ó Néill ya no pudo viajar y el asistente fue a buscar ayuda. Cuando regresó con un grupo de rescate enviado por Fiach Mac Aodh Ó Broin, su hermano Art había muerto y aunque Aodh Ó Domhnaill todavía estaba vivo, iba a perder el dedo gordo de cada pie por congelación.

Una impresión gráfica de los hombres de Fiach Mac Aodh que encuentran a Art O’Néill muerto y Aodh Rua Ó Domhnaill en una situación desesperada. (Imagen encontrado: Internet)

UN ENEMIGO FORMIDABLE

Aodh Rua Ó Domhnaill se convertiría en un enemigo formidable de los ingleses en los años venideros, primero ganando el liderazgo de su clan, luego estallando en una rebelión abierta y en una conspiración secreta con Ó Néill, quien más tarde se unió a él abiertamente en la Guerra de los Nueve Años.

En el 15 Agosto 1599, Aodh Rua Ó Domhnaill preparó emboscada a una columna de 1,700 en el Puerto (montaña) de Corrsliabh (Curlew Pass en inglés) en lo que hoy es el Condado de Ros Comáin (Roscommon). La columna invasora fue encabezado por el Señor Conyers Clifford y su cabeza fue presentado a Ó Domhnaill al fin de la batalla, cual fue una derrota para los militares ingleses en que fallecieron 1,230 de sus soldados.

“Art’s Cross” (la Cruz de Art) en las montañas de Wicklow, donde los rescatistas los encontraron. (Photo encontrada: Internet)

Aodh Ó Néill, en alianza con Aodh Rua Ó Domhnail, resistió todos los intentos de los ingleses de castigar a los clanes del Ulster, les infligió fuertes derrotas y comenzó a atraer a otros clanes a sus estandartes. La rebelión se desvaneció en la batalla de Kinsale (Cath Cinn tSáile) en 1602 en lo que hoy es el condado de Cork, lejos del territorio de ambos caciques, donde una fuerza invasora de aliados españoles había sido sitiada por los ingleses.

Tras la derrota de Kinsale, los dos líderes y muchos otros se huyeron al Reino de España de Felipe II con intención de volver a Irlanda con ayuda militar del Reino pero nunca sucedió.

La partida de Ó Néill y Ó Domhnaill provocó una evacuación a gran escala de los líderes de los clanes que se resistían y sus familias, lo que ha sido llamado “La Huida de los Condes” y abrió el camino para una profundización de la conquista inglesa.

La resistencia a gran escala volvió a estallar ostensiblemente por una cuestión de religión, aprovechando el conflicto interno inglés en 1649 y en 1688, en ambas ocasiones en las que los irlandeses apoyaron al bando inglés perdedor. Los vencedores completaron no solo su conquista, sino también la apropiación a gran escala de la tierra para la plantación de colonos que debían ser protestantes, de habla inglesa y tener prohibido emplear católicos, una guarnición colono para los ingleses en Irlanda.

Algunos creen que Aodh Rua fue envenenado por el espía anglo-irlandés, James “Spanish” Blake. Sea así o no, Aodh Rua murió el 10 de septiembre de 1602 en el Castillo de Simancas, Valladolid, España. Fue enterrado en el capítulo del monasterio franciscano de Valladolid. Aunque el edificio fue demolido en 1837, la ubicación exacta de la tumba puede haber sido descubierta después de una excavación arqueológica española en mayo de 2020. Si sus restos se identifican con éxito, serán devueltos para su entierro en el condado de Donegal.

El mensaje en palabras es sin sustancia de realidad pero el arte del mural es magnífico. En Ard Eoin, Béal Feirste (Ardoyne, Belfast). (Foto encontrado: Internet)

CATALONIA — WHO BEST TO EXPLAIN? QUI ES MEJOR PER EXPLICAR?

Diarmuid Breatnach

 

Outside of Catalonia or the Paisos Catalans (“Catalan Countries”, which includes the Balearic Islands and Valencia), who best to explain the realities and the controversies concerning the current independence bid of Catalonia? (Version in Castillian follows this one)

There are of course many unionist Spanish commentators but for the most part they rely on denunciation rather than explanation. When they do supply some explanation it either relies on a legalistic explanation of the Spanish State Constitution of 1978 or of a misreading of Catalan society (or both together).

Inside the Spanish State there are other groups which may well provide an adequate explanation, such as for example the Basques, the Galicians and small groups in other parts.

Outside the Spanish State, there are those struggling for the national liberation of other small nations in Europe who may well have studied the Spain-Catalonia question or have quickly informed themselves and, along with them, anti-fascists and revolutionary communists or socialists.

Catalan independence solidarity groups can of course collect accurate information and disseminate it but they are comparatively small and with little influence in the societies around them.

Undoubtedly, the largest and generally best-informed group of people are the Catalan diaspora – Catalans living in other states.

Of course, these Catalans may have a wide range of views among themselves on whether Catalonia would best be independent of the Spanish State, in a federal arrangement or totally independent. They may disagree on which political party is best – or on whether any should be supported. Socialism or not might be issues for discussion, as might whether to get independence first and resolve those other questions later. Even on the issue of whether armed resistance is justified or viable, there might be considerable variation in opinion.

But anyone from Catalonia can give the lie to the Spanish unionist propaganda that the Spanish language and those who use it are under attack in Catalonia, and also to the lie that the Catalan independence movement is of a racist-nationalist kind. Anyone from Catalonia who is being honest will say that the violence of the Spanish police on the day of the Referendum, 1st October 2017, was inexcusable and a crime against civil rights (indeed some Catalans who wanted to vote ‘No’ to independence would now vote ‘Yes’ as a result of that attack). Catalans for ‘Si’ or for ‘No’ can explain many things that are not available to most people outside Catalonia.

Man and child, faces painted in the colours and symbols of the estelada, a pro-Catalan independence flag. (Image source: Internet)

This reservoir of information about the struggle around Catalan independence is the largest outside Catalonia – but is it being used? These Catalans living abroad have partners, children, workmates, fellow-students, neighbours and friends they have met in the country in which they are living. In many states of Europe these Catalans are free from the fear of deportation and therefore free to speak out to those around them about what is happening in Catalonia and in the Spanish state.

 

AN EXAMPLE

It might be instructive to examine a historical example with some parallels.

In 1968 a struggle broke out in the British colony in Ireland, the Six Counties, as a struggle for civil rights for the Catholic community (mostly descendants of the pre-colonial inhabitants). The British colonial statelet responded with great violence from its armed force, backed up by the British Army and was responded to with armed guerrilla resistance.

It may surprise many to realise that initially, the civil rights struggle often received truthful and even sympathetic coverage in the British media. Once the British army went in, this began to change noticeably and with the first British Army casualties there was no longer any real pretence of unbiassed reporting.

British media reporting then wished not only to justify the actions of the British State to the world but also to its own population. But in the latter case, it faced a serious obstacle – the Irish community in Britain.

As well as being the longest-establish migrant community in Britain, it was by far the largest. Many of these people knew their history and also at least something about conditions in the Six Counties. It was less than 50 years since the creation of the Irish State after a guerrilla war of national liberation following 800 years with many armed uprisings and cruel English repression. And these Irish – including first-generation born in Britain and even second-generation – were capable of undermining the effect of the colonial discourse on partners, friends, work-mates, neighbours and trade-union members.

Old anti-Irish racism embedded in British culture could disturb the Irish diaspora’s counter-discourse but not, it seemed, sufficiently. The Irish not only undermined the State discourse by speaking what they knew to those around them, they also organised solidarity campaigns, held pickets and demonstrations – sometimes huge ones.

The IRA’s bombing campaign in Britain could have weakened the reception for the Irish voice but, though it certainly did it no good, it did not weaken it sufficiently. The British State decided to gag that voice with state terror and prepared legislation, waiting for the appropriate moment to introduce it, which they received with the 1974 massacre resulting from an IRA bomb in a Birmingham pub and problems in communicating a warning.

The Prevention of Terrorism Act was introduced under a Labour Government and passed in a few hours, allegedly as a only a temporary measure but was renewed every year under different party governments until 1989. The Act permitted banning of Irish Republican organisations; 5-day detention without charge (which could also be extended); search without warrant; detention for questioning at airports and ports under which many thousands were interrogated, often missing their flight or boat as a result; deportation; exclusion to the Six Counties (amounting to internal exile). And of course, not officially permitted but tolerated, frame-ups, threats, beatings and torture.

Nearly 20 innocent members of the community and their friends were arrested and framed on bombing-related charges in five different cases and all convicted of murder and terrorism, to spend long years trying to establish their innocence, most of their marriages destroyed, their mental health severely injured, one to die in jail. That, and the ongoing repression of arrests-and-release, raids etc, was enough to silence, for the most part, the Irish community.

Until the Hunger Strikers of 1981 brought them out in mass again.

 

THE REASON

Why am I telling you this history? To frighten you? To make you feel sorry for the Irish in Britain in those years? No, I am retelling this history to illustrate the potential power of the diaspora to tell the truth about what is happening in its country of origin. That power was so great against the British propaganda machine that the State felt obliged to weaken it, to terrorise the Irish community, to take hostages from it.

Women with faces painted in Catalan national colours, one with the estelada design and the other with the ensenyera
(Photo credit: JOSEP LAGO/AFP/Getty Images)

Today, the Catalan diaspora outside the Spanish state has a similar power but it is not “in the belly of the beast” as the Irish in Britain were nor in most cases is it subject to threat of imprisonment or other state terror.

To have that power implies a responsibility to use it, to explain things to those around them in whichever country they find themselves.

 

End

(VERSION IN CASTILLIAN FOLLOWS)

 

Fuera de Cataluña o de los Paisos Catalans (lo cual incluye a las Islas Baleares y Valencia), ¿quiénes son los mejores para explicar las realidades y las controversias sobre la actual candidatura de independencia de Cataluña?

Por supuesto, hay muchos comentaristas españoles unionistas, pero en su mayor parte se basan en la denuncia más que en la explicación. Cuando ofrecen alguna explicación, se basa en una explicación legalista de la Constitución del Estado español de 1978 o en una mala interpretación de la sociedad catalana (o ambas juntas).

Dentro del Estado español hay otros grupos que pueden proporcionar una explicación adecuada, como por ejemplo los vascos, los gallegos y grupos pequeños en otras partes.

Fuera del Estado español, hay quienes luchan por la liberación nacional de otras naciones pequeñas en Europa que bien pudieron haber estudiado la cuestión España-Cataluña o se han informado rápidamente y, junto con ellos, antifascistas y comunistas o socialistas revolucionarios.

Los grupos de solidaridad con la independencia catalana, por supuesto, pueden recopilar información precisa y difundirla, pero son comparativamente pequeños y con poca influencia en las sociedades que los rodean.

Sin lugar a dudas, el grupo de personas más grande y generalmente mejor informado es la diáspora catalana: los catalanes que viven en otros estados.

Some european cities where Catalans may be found
(map source: Internet)

Por supuesto, est@s catalan@s pueden tener una amplia gama de puntos de vista sobre si Cataluña sería mejor independiente del Estado español, en un acuerdo federal o totalmente independiente. Pueden estar en desacuerdo sobre cuál es el mejor partido político, o si se debe apoyar a alguno. El socialismo o no puede ser un tema de discusión, ya sea si obtener la independencia primero y resolver esas otras preguntas más adelante. Incluso en la cuestión de si la resistencia armada es justificada o viable, puede haber una variación considerable en la opinión.

Pero cualquiera de Cataluña puede desmentir a la propaganda sindicalista española de que el idioma español y los que la usan están bajo ataque en Cataluña, y también a la mentira de que el movimiento independentista catalán es de tipo racista-nacionalista. Cualquier persona de Cataluña que sea honesta dirá que la violencia de la policía española el día del Referéndum, el 1 de octubre de 2017, fue inexcusable y un crimen contra los derechos civiles (de hecho, algunos catalanes que querían votar “No” a la independencia ahora votarían “Sí” como resultado de ese ataque). Los catalanes para ‘Si’ o para ‘No’ pueden explicar muchas cosas que no están disponibles para la mayoría de las personas fuera de Cataluña.

Esta reserva de información sobre la lucha en torno a la independencia catalana es la más grande fuera de Cataluña, pero ¿se está utilizando? Est@s catalan@s que viven en el extranjero tienen compañer@s, hij@s, compañer@s de trabajo, compañer@s de estudios, vecin@s y amig@s que han conocido en el país en el que viven. En muchos estados de Europa, est@s catalan@s están libres del temor a la deportación y, por lo tanto, pueden hablar libremente con quienes les rodean sobre lo que está sucediendo en Cataluña y en el Estado español.

UN EJEMPLO

Podría ser instructivo examinar un ejemplo histórico con algunos paralelos.

En 1968 estalló una lucha en la colonia británica en Irlanda, los Seis Condados, como una lucha por los derechos civiles de la comunidad católica (en su mayoría descendientes de los habitantes ante coloniales). El estadito colonial británico respondió con gran violencia de su fuerza armada, respaldado por el ejército británico y fue respondido con la resistencia guerrillera armada.

Puede sorprender a muchos darse cuenta de que inicialmente, la lucha por los derechos civiles a menudo recibió una cobertura sincera e incluso simpática en los medios británicos. Una vez que entró el ejército británico, esto comenzó a cambiar notablemente y con las primeras bajas del ejército británico ya no hubo ninguna pretensión real de informar sin sesgos.

Los medios de comunicación británicos entonces deseaban no solo justificar las acciones del Estado británico ante el mundo, sino también ante su propia población. Pero en este último caso, se enfrentó a un serio obstáculo: la comunidad irlandesa en Gran Bretaña.

Además de ser la comunidad de migrantes más antigua en Gran Bretaña, fue, con mucho, la más grande. Muchas de estas personas conocían su historia y también al menos algo sobre las condiciones en los Seis Condados. Pasaron menos de 50 años desde la creación del Estado irlandés después de una guerra guerrillera de liberación nacional, después de 800 años con muchos levantamientos armados y la cruel represión inglesa. Y estos irlandeses, incluyendo la primera generación nacida en Gran Bretaña e incluso la segunda generación, fueron capaces de socavar el efecto del discurso colonial en los socios, amigos, compañer@s de trabajo, vecin@s y miembros de sindicatos.

El viejo racismo antiirlandés incrustado en la cultura británica podría perturbar el discurso en contra de la diáspora irlandesa, pero no, al parecer, lo suficiente. L@s irlandes@s no solo socavaron el discurso del Estado al decir lo que sabían a quienes los rodeaban, sino que también organizaron campañas de solidaridad, celebraron piquetes y manifestaciones, a veces enormes.

La campaña de bombardeos del IRA en Gran Bretaña podría haber debilitado la recepción de la voz irlandesa pero, aunque ciertamente no le sirvió, no la debilitó lo suficiente. El Estado británico decidió amordazar esa voz con terror estatal y preparó una legislación, esperando el momento adecuado para introducirla, que recibió con la masacre de 1974 que resultó de una bomba del IRA en un pub de Birmingham y problemas para comunicar una advertencia.

La Ley de Prevención del Terrorismo se introdujo bajo un gobierno social demócrata y se aprobó en unas pocas horas, supuestamente como una medida temporal, pero se renovó cada año bajo gobiernos de diferentes partidos hasta 1989. La Ley permitió la prohibición de organizaciones republicanas irlandesas; 5 días de detención sin cargos (que también podría ampliarse); búsqueda sin orden judicial; detención por interrogatorio en aeropuertos y puertos en los que se interrogó a miles de personas, por lo que a menudo perdieron su vuelo o bote; deportación; exclusión a los Seis Condados (equivalente al exilio interno). Y, por supuesto, no está permitido oficialmente, pero se tolera, enmarañamientos, amenazas, golpizas y torturas.

Cerca de 20 miembros inocentes de la comunidad y sus amigas fueron arrestados y acusados ​​de atentados con bombas en cinco casos diferentes y tod@s condenad@s por asesinato y terrorismo, por largos años tratando de establecer su inocencia, la mayoría de sus matrimonios destruidos, su salud mental gravemente herido, uno para morir en la cárcel. Eso, y la continua represión de detenciones y liberaciones, redadas, etc., fue suficiente para silenciar, en su mayor parte, a la comunidad irlandesa.

Hasta que los huelguistas del hambre del 1981 los sacaron a la calle de nuevo en masas.

LA RAZÓN

          ¿Por qué les estoy contando esta historia? ¿Para asustar les? ¿Para hacer les sentir mal por los irlandeses en Gran Bretaña en esos años? No, estoy contando esta historia para ilustrar el poder potencial de la diáspora para contar la verdad sobre lo que está sucediendo en su país de origen. Ese poder era tan grande contra la maquinaria de propaganda británica que el Estado se sintió obligado a debilitarlo, a aterrorizar a la comunidad irlandesa, a tomar rehenes de él.

Hoy en día, la diáspora catalana fuera del Estado español tiene un poder similar, pero no está “en el vientre de la bestia” como estaban l@s irlandes@s en Gran Bretaña ni en la mayoría de los casos está sujeta a amenazas de encarcelamiento u otro terror estatal.

Tener ese poder implica la responsabilidad de usarlo, de explicar las cosas a quienes los rodean en cualquier país en el que se encuentren.

“Back Home in Derry” with new air

Bobby Sands, who was the first of the ten hunger strikers to die in 1981, had written a number of articles, songs and poems.  One of the latter was arranged for song by Christy Moore, calling it “Back Home In Derry” to the air of “The Wreck of the Edmund Fitzgerald” (by Canadian singer Gordon Lightfoot).

The rendition here by Diarmuid Breatnach is to a new air composed also by Breatnach.  Although he has been singing it for some years in song sessions, this is the first time it has been posted as a video.

“I thought that the lyrics and the original author deserved a new air”, said Breatnach, a Dublin singer.  “Christy Moore did a great job arranging the lyrics for song.  I hope the new air becomes at least as popular as Gordon Lightfoot’s.”

https://www.dropbox.com/s/dosrz71cmcw1s3p/Song%20Video%20edit%20%202%20made%20jan%202018.mp4?dl=0

 

 

 

 

 

 

THE SHAMROCK AND THE COLOUR GREEN – NATIVE OR FOREIGN IMPORTS INTO IRISH ICONOGRAPHY?

Diarmuid Breatnach

We are long accustomed to the association of these two symbols with Irish ethnicity and nationalism, the shamrock and the colour green — but historically can they be shown to be authentically Irish?

Shamrock closeup
(Photo sourced at Internet)

 

The shamrock symbol has been used by a number of products and services, including Aer Lingus, formerly the Irish national airline and now a subsidiary of the International Airways Group1. Both as a plant and a living symbol it is now being sold on the streets and in shops in preparation for the celebration of the male patron saint of Ireland, St. Patrick on March 17th.

St. Patrick himself was a foreign import, albeit one seized unwillingly by Irish raiders. The son of a Romanised Celt it seems and probably from Wales, Patricius was kept as slave labour herding sheep until his escape but he returned as a Christian missionary and became one of the founders of the Celtic Christian Church in Ireland. 

We may view this as an amazing feat in itself – Ireland was one of the few European countries which went from the old multi-gods religion to the monotheism of Judeo-Christianity in a largely peaceful transition. However the Celtic Church at least tolerated and many would say condoned many of the laws and customs of the old culture, including marriage of priests, the right to divorce by men or women and a higher status for women than was common in an increasingly feudal Europe.

The word “shamrock” is an Anglic corruption of the Irish seamróg, itself a contraction of seamair óg, meaning a sprig of young — or more likely small –clover. The Irish shamrock is usually the species Trifolium dubium (lesser clover; Irish: seamair bhuí), with yellow flowers or the white-flowered Trifolium repens (white clover; Irish: seamair bhán) with the bias towards the yellow-flowered.

Children at schools influenced by the Catholic clergy in Ireland (which was and still is in control of the vast majority of the schools within the Irish state) were taught that St. Patrick used the shamrock to illustrate the existence of the Christian Holy Trinity of the Father, Jesus Christ and the Holy Ghost, i.e. explaining how there may be three different aspects in one entity, as in the three leaves on the one stem of the shamrock.

A charming story but clearly without any foundation whatsoever – not only is it not mentioned in what is believed by historians to be Patrick’s autobiography but the story only emerged much later. However, the crucial case against the veracity of the story is that neither the Gaels nor the Celts in general2 had any need to be convinced of the existence of trinities of gods: in Ireland we already had the Morrigan, a female trinity of Badhb, Macha and Anand and of course the Celts had the ubiquitous triskele symbol (surviving as the national symbol of Manx) to illustrate a trinity, religious or otherwise. 

The first clear association of the shamrock with St. Patrick in Ireland comes in an account by an English traveller to occupied Ireland, Thomas Dineley, who described in 1681 Irish people on St. Patrick’s Day wearing green on their clothes, including the shamrock. But the first account of St. Patrick’s use of the shamrock is not seen until 1726, when it appears in a work by Caleb Threlkeld, a botanist.

But what of the colour green? Surely that at least is authentically Irish? Well, it certainly has a longer pedigree. Dineley’s account in 1681 associates wearing green with the celebration of the feast day of St. Patrick’s, one of the three patron saints of Ireland3 (yet another trinity?). But the Catholic Confederacy of 1642-1652, an alliance of Gaelic chieftains with Norman-Irish aristocracy against the Reformation being imposed upon them, also flew a green flag, with a gold harp upon it.

The symbol of Ulster was the Red Hand from an ancient Irish myth of arrival but what was the background? Both the O’Neills and O’Donnells, dominant clans of Ulster, have designs in red and blue against a white background. Only Leinster province has a design in green and yellow.

BLUE?

The colour of an old design for Meath is blue. There is an old heraldic design for Ireland of three crowns on a blue background and although this was the arms granted by Richard II of England to Robert de Vere as Lord of Ireland in 13864, over two centuries after the Norman invasion, it may have drawn on the colour of an existing Irish flag or design.

The Wikipedia page on the Coat of arms of Ireland, although commenting that heraldry is a feudal practice suggests an older inspiration:

The colour of the field is sometimes called ‘St. Patrick’s blue’, a name applied to shades of blue associated with Ireland. In current designs, used by the UK and Irish states (sic), the field is invariably a deep blue. The use of blue in the arms has been associated with Gormfhlaith, a Gaelic mythological personification of Ireland. The word Gormfhlaith is a compound of the Irish words gorm (“blue”) and flaith (“sovereign”); it is noted in early Irish texts as the name of several queens closely connected with dynastic politics in the 10th and 11th century Ireland. The National Library of Ireland, in describing the blue background of the arms, notes that in early Irish mythology the sovereignty of Ireland (Irish: Flaitheas Éireann) was represented by a woman often dressed in a blue robe.”

The designers of the Cumann na mBan flag may have been aware of the ancient claim of the colour blue when they made that the background colour of their own flag.  Markievicz and Hobson would even more likely have been aware of it as well as the blue with an orange, golden or silver sunburst, alleged flag of the legendary band of warriors na Fianna, when they made that the flag of the Republican youth organisation they founded, Na Fianna Éireann.

THE GREEN FLAG

But what about the United Irishmen’s flag of green, with a golden harp? When talking about the United Irishmen we need to remember from where they received their ideological influences. These were mostly from radical and republican thinkers and agitators in Britain, the USA and France. The United Irishmen organisation was founded by Anglicans and Presbyterians, mostly colonists and settlers or their descendants and most of their leadership in the uprisings of 1798 and 18035 came from from among that section of Irish society. That goes a long way to explaining why most of the revolutionary texts of the time are in the English language, in a country where the majority even then still spoke Irish and with a rich literary and oral tradition in the Irish language.

United Irishmen harp motif with motto.
(Photo sourced at Internet)

There is a historical trend among colonists to feel disadvantaged with regard to their compatriots back in “the mother country”, to resent levels of taxation, to complain of inadequate representation and of corrupt or inefficient government. This occurred in English-speaking America and led to the American Revolution and the creation of the United States. It also occurred in the other America, where the Spanish-speaking colones developed conflicts with the Spanish Kingdom and eventually rose in rebellion against it across South and Central America, eventually gaining independence for a number of states.

A similar process was taking place in Ireland, where the disaffected who belonged to the established church, the Anglican or Church of Ireland, understood that to create a strong autonomous nation, even as part of the English-ruled unity of nations, they would need to bring into government the greater majority, the Presbyterians 6 and even the overwhelming majority, the Catholics (i.e the native Irish).

Henry Grattan attempted this by trying to get the excluded denominations admitted to the Irish Parliament but Crown bribery, sectarianism or fear of having to return lands grabbed by their grandparents or others, combined to have a majority vote the proposals down. That ensured that the organisers of the United Irishmen would realise that no progress to their objectives was possible without revolution.

Irish nationalists among the descendants of colonists often adopted Irish symbols and some other Irish identifiers as a sign of difference from the English. There was some interest in the Irish language but it does not appear to have been widely studied by most Irish Republicans of the time as witnessed by the incorrect appellation of “Erin” for Ireland – any Irish-speaker would know that Éire is the nominative form for the country and ‘Éireann’ is employed in the genitive and dative cases. United Irishmen were involved in organising the Belfast Harp Festival of 1792, while folk-song collectors and antiquarians dug among the people and archives for survivals of an older Irish culture.

The Harp, an ancient Irish musical instrument employed also to accompany poetry recitation was employed as a symbol by the Unitedmen — often with the motto “ ‘Tis new-strung and shall be heard”. In addition, the English had long recognised the instrument as a symbol for Ireland, albeit under the Crown.

THE COLOUR GREEN

But where did the colour green come from to be associated with Irish nationalism? This question could do with more research than I have the time or other facilities to devote to it but one may comment what green is not: it is neither the Red of Royal England nor the Blue of Royal France. Nor is it the red with a white saltire of the Order of St. Patrick, another colonial creation and clearly of Royal and colonial origin and patronage, created at the time of a bubbling of the nationalist pot in Ireland and only sixteen years before the 1798 Uprising.

Interestingly, the Irish Brigade (1688–1791) of the French Army did include the colour green in its flag design, four quarters alternately green and red, with a crown in each. And the standard of Napoleon’s La Légion Irlandaise in 1841 is described as of “emerald green”.

Regimental colours of one of the irish Regiments of the French Royal Amy, De Berwick, until 1791. (Photo sourced at Flags of Ireland — see Further Reading for link)

 

William Drennan (1754–5 February 1820), United Irishman, is credited with first use of the description “Emerald Isle” in his poem When Erin First Rose and it was much later re-used in the ballad Bold Robert Emmet. John Sheils, a Drogheda Presbyterian and United Irishman, employed the harp, the colour green, St. Patrick, Erin (sic) and the shamrock all in his song The Rights of Man, which he composed some years prior to the 1798 Rising. The “three-leaved plant” which is “three in one” is used in Sheils’ song:

to prove its unity in that community

that holds with impunity to the Rights of Man”

The trinity there is clearly the political one desired by the Unitedmen of Protestant (Anglican), Catholic and Dissenter (Presbyterian and other sects).

Green was widely worn by people with United Irish sympathies and particularly during repression by Orange militia, people wearing green were targeted. However, if one wanted to wear a suspect nationalist colour, how safer than to do so than on the feast day of the alleged founder of Christianity in Ireland and acknowledged by Protestant, Sects and Catholics alike?

From the United Irishmen onwards, green has been unarguably associated with Irish nationalism and Irish Republicanism, in the flags of the Fenians, the Irish Volunteers and even of the Irish Citizen Army, also part of the tricolour flag awarded by Parisian revolutionary women to the Young Irelanders which is now the national flag of the Irish state. Green was also the colour of the flag of the St. Patrick’s Battalion that fought for Mexico against the invasion by the USA (1846-’48) and of ceremonial uniforms of some Irish formations during the American Civil War along with the main colour of some of their regimental flags, also of the flags of the Fenian veterans of that war invading Canada in 1866.

Flag of the Irish Brigade (later the Fighting 69th) in the Union Army, American Civil War.
(Photo sourced at Internet)

Does it matter whether green is authentically an ancient Irish colour or not? Would Irish Republicanism or nationalism be de-legitimised if it could be proven the colour they are using was of dubious origin or of comparatively recent political significance for Ireland? I don’t think so. But it is good to be aware of the different origins of symbols and to question and even challenge what is handed to us as unquestionably authentic.

However, enough people have now fought under the green in eight uprisings in Ireland and struggles abroad; enough people have laid down their lives under the colour and indeed, once it became a symbol of Irishness, enough Irish have been persecuted, prosecuted and even executed for wearing it, to ensure that “wherever green is worn” can be Irish. And in that representation, the shamrock too, which of course happens to be green, and could be passed off as a devotional symbol to suspicious authorities and murderously insecure and sectarian minorities of colonial origin, has its place.

Painting depicting the Battle of Ridgeway, Fenian invasion of Canada, 1866. (Photo sourced at Wikipedia)

The Wearing o’ the Green

(by John Keegan “Leo” Casey (1846 – March 17, 1870). Keegan, known as the Poet of the Fenians, was an Irish poet, orator and republican who was famous for authorship of this song, apparently written when he was 15 and also as the writer of the song “The Rising of the Moon” (to the same air), also as one of the central figures in the Fenian Rising of 1867. He was imprisoned by the English and by a huge irony died on St. Patrick’s Day in 1870 at the age of 24).

O Paddy dear, and did ye hear the news that’s goin’ round?

The shamrock is by law forbid to grow on Irish ground!

No more Saint Patrick’s Day we’ll keep, his colour can’t be seen

For there’s a cruel law ag’in the Wearin’ o’ the Green.”

I met with Napper Tandy7, and he took me by the hand

And he said, “How’s poor old Ireland, and how does she stand?”

“She’s the most distressful country that ever yet was seen

For they’re hanging men and women there for the Wearin’ o’ the Green.”

So if the colour we must wear be England’s cruel red

Let it remind us of the blood that Irishmen have shed

And pull the shamrock from your hat, and throw it on the sod

But never fear, ’twill take root there, though underfoot ’tis trod.

When laws can stop the blades of grass from growin’ as they grow

And when the leaves in summer-time their colour dare not show

Then I will change the colour too I wear in my caubeen

But till that day, please God, I’ll stick to the Wearin’ o’ the Green.

But if, at last, her colours should be torn from Ireland’s heart

Her sons, with shame and sorrow, from the dear old soil will part;

I’ve heard whispers of a Country that lies far beyond the sea,

Where rich and poor stand equal, in the light of Freedom’s day!

O Erin! must we leave you driven by the tyrant’s hand!

Must we ask a Mother’s blessing, in a strange but happy land,

Where the cruel Cross of England’s thralldom’s never to be seen:

But where, thank God! we’ll live and die, still Wearing of the Green!

End.

John ‘Leo’ Keegan Casey monument, Glasnevin Cemetery, Dublin (Photo sourced at Wikipedia)

FURTHER READING

An undated interesting article about the origins of Irish national symbols (also giving a list of additional reading) http://www.gov.ie/en/essays/symbols.html

https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_flags_of_Ireland

https://en.wikipedia.org/wiki/Coat_of_arms_of_Ireland

Reference to colour green in the standard of Napoleon’s Irish unit La Légion Irlandaise http://www.irishtimes.com/culture/heritage/enlisting-for-my-enemy-s-enemy-1.1779145

and in some uniforms and flags of Irish formations in the Union Army in the American Civil War https://www.abebooks.com/book-search/title/new-yorks-fighting-sixty-ninth-regimental/author/john-mahon/ and

https://www.amazon.com/Rising-Moon-Peter-Berresford-Ellis/dp/0312006764

https://en.wikipedia.org/wiki/Shamrock

About Leo Casey http://www.irishidentity.com/extras/gaels/stories/leocasey.htm

FOOTNOTES

1A consortium of Iberia, Vueling and ironically, British Airways.

2Nor indeed other cultures such as the Hindi or the classical Greeks

3Sts. Patrick, Bridget and Columcille

4It continued in use until 1541

5 And even many of the leaders, journalists and poets of the Young Irelanders and of the Fenians.

6And other “Dissenters” such as Unitarians, Methodists, Society of Friends (Quakers) etc.

7Napper Tandy was a United Irishman who lived in Dublin; his home is mentioned in the most common versions of the well-known Dublin song, The Spanish Lady.

LÁ FHÉILE STIOFÁIN/ ST. STEPHENS’ DAY

Diarmuid  Breatnach
(Traducido al castellano al fondo)

Singing Wren 46 (Michael Finn)

(Reading time: 5 minutes)

  ” We made it!  We made it!  Safe for another year!”

Wren on rock

 

 

 

“Shut up, you idiot!  The day’s not over yet!”

 

 

Meanwhile, not far away ….

Wren Boys Sligo
Mummers Sligo maybe

THE WREN-BOY TRADITION IN IRELAND

In England it is called “Boxing Day” but in Ireland the 26th of December is “St. Stephen’s Day”.  Despite the Christian designation it has long been the occasion in Ireland for customs much closer to paganism.

It was common for a group of boys (usually) to gather and hunt down a wren.  The wren can fly but tends to do so in short bursts from bush to bush and so can be hunted down by determined boys.  The bird might be killed or kept alive, tied to a staff or in a miniature bower constructed for the occasion.

The Wren Boys would then parade it from house to house while they themselves appeared dressed in costume and/or with painted faces.  In some areas they might only carry staff or wands decorated with colourful ribbons and metallic paper while they might in other areas dress in elaborate costumes, some of them made of straw (Straw Boys) and these were sometimes also known as Mummers although a distinction should be drawn between these two groups.  The Mummers in particular would have involved acting repertoires with traditional character roles and costumes, music and dance routines while the simpler Wren Boys might each just contribute a short dance, piece of music or song.  In all cases traditional phrases were used upon arrival, the Mummers having the largest repertoire for in fact they were producing a kind of mini-play.

The origins of the customs are the subject of debate but a number of Irish folk tales surround the wren.  The bird is said in one story to have betrayed the Gaels to the Vikings, leading to the defeat of the former.  There is a Traveller tradition that accuses the wren of betraying Jesus Christ to soldiers while another tradition has the bird supplying the nails (its claws) for the crucifixion of Jesus Christ.  Yet another tradition has the wren as King of the Birds, having used its cunning in a competition to determine who would be the avian King, hiding itself under the Eagle’s wind and flying out above the exhausted bird when it seemed to have won, having left all others behind and could fly no higher.

By the 1960s the Wren Boy custom was beginning to die out even in areas where it had held fast but it slowly began to be revived by some enthusiasts.  Nowadays fake wrens are used.  Christmas Day in Ireland was traditionally a day to go to religious service and to spend at home with family or to go visiting neighbours.  It was not a day of presents or of lights or Christmas Trees, customs brought in by the English colonizers in particular from Prince Albert, the British Queen Victoria’s royal consort, who was German.  St. Stephen’s Day may have celebrated the Winter Solstice (the wren being a bird that on occasion sings even in winter) but moved to a Christian feast day; in any case it produced colour and excitement at a time which did not have the religious and commercial Christmas season to which, in decades, we have become accustomed.

The lovely song The Boys of Barr na Sráide from a poem by Sigerson Clifford takes as its binding thread the boys in his childhood with whom Sigurson went “hunting the wren”.  It is sung here by Muhammed Al-Hussaini (currently resident in London and part of the singing circle of Comhaltas Ceoltóirí na hÉireann, meeting in the Camden Irish Centre).  There are recordings of others performing this song well but the unusual origin of this one as well as its quality persuaded me to choose this one.  In addition, I had the pleasure of participating in a singing circle with this lovely and modest singer in London in October this year (see The London Visit on the blog), who greeted me in Irish.  Muhammed also plays the violin on this, accompanied by Mark Patterson on mandolin and Paul Sims on guitar.

ends.

LA TRADICIÓN DE “CHICOS DEL REYEZUELO” EN IRLANDA

Diarmuid Breatnach


En Inglaterra se llama “Boxing Day”, pero en Irlanda el 26 de diciembre es “
la fiesta de San Esteban“. A pesar de la designación cristiana, ha sido durante mucho tiempo la ocasión en Irlanda de costumbres mucho más cercanas al paganismo.

          Para eso era común que un grupo de niños (generalmente) o chavales se reuniera y cazara a un reyezuelo. Ese pájaro es capaz de volar pero tiende a hacerlo en ráfagas cortas de arbusto a arbusto y, por lo tanto, puede ser cazado por niños determinados. El pájaro podía ser asesinado o mantenido vivo, atado a un bastón o en una glorieta en miniatura construida para la ocasión.

Los “Wren Boys” (Chicos del Reyezuelo) lo desfilarían de casa en casa mientras ellos mismos aparecían vestidos con disfraces y / o con caras pintadas. En algunas áreas, solo pueden llevar bastos o varitas decoradas con cintas de colores y papel metálico, mientras que en otras áreas pueden vestirse con trajes elaborados, algunos de ellos hechos de paja (Straw Boys/ Buachaillí TuI = Chicos de la Paja) y a veces también se los conoce como Mummers, aunque se debe hacer una distinción entre estos dos grupos. Los Mummers en particular tenían repertorios involucrados de actuación con roles y disfraces de personajes tradicionales, música y rutinas de baile, mientras que los Wren Boys más simples podrían contribuir con un baile corto, una pieza musical o una canción. En todos los casos se usaron frases tradicionales a la llegada, los Mummers tenían el mayor repertorio porque de hecho estaban produciendo una especie de pequeño teatro. Se les daba dinero , pastel o caramelos.

Los orígenes de las costumbres son objeto de debate, pero una serie de cuentos populares irlandeses rodean al reyezuelo. En una historia se dice que el pájaro traicionó a los Gaels a los Vikingos, lo que llevó a la derrota de los primeros. Hay una tradición de los Travellers (gente étnica nómada de Irlanda) que acusa al reyezuelo de traicionar a Jesucristo a los soldados, mientras que otra tradición dice que el pájaro suministra los tornillos (sus garras) para la crucifixión de Jesucristo. Sin embargo, otra tradición le tiene al reyezuelo como el Rey de los Pájaros, después de haber usado su astucia en una competencia para determinar quién sería el Rey de las aves, escondiéndose bajo el viento del Águila y volando por encima del pájaro agotado cuando parecía haber ganado, todos los demás detrás y no poder volar más alto.

En la década de 1960, la costumbre de Wren Boy comenzaba a desaparecer incluso en áreas donde se había mantenido firme, pero algunos entusiastas comenzaron a revivirla lentamente. Hoy en día se usan reyezuelos falsos. El día de Navidad en Irlanda era tradicionalmente un día para ir al servicio religioso y para pasarlo en casa con la familia o para visitar a los vecinos. No fue un día de regalos ni de luces ni de árboles de Navidad, costumbres traídas por los colonizadores ingleses en particular del alemán Príncipe Alberto, el consorte real de la Reina Victoria británica. El día de San Esteban puede haber celebrado el solsticio de invierno (el reyezuelo es un pájaro que en ocasiones canta incluso en invierno) pero se mudó a una fiesta cristiana; en cualquier caso, produjo color y emoción en un momento que no tenía la temporada de Navidad religiosa ni entonces la comercial a la que, en décadas, nos hemos acostumbrado.

La encantadora canción The Boys of Barr na Sráide (mezcla del inglés con el gaélico: “Los Chicos de la Altura de la Calle” [toponómico de puebo en el Condado de Kerry]) de un poema por Sigerson Clifford toma como hilo conductor a los chicos de su infancia con quienes Sigurson fue “cazando al reyezuelo”. Aquí lo canta Muhammed Al-Hussaini (actualmente residente en Londres y parte del círculo de canto de Comhaltas Ceoltóirí na hÉireann, reunido en el Centro Irlandés de Camden). Hay grabaciones de otros interpretando bien esta canción, pero el origen inusual de esta, así como su calidad, me convenció para elegir esta. Además, tuve el placer de participar en un círculo de canto con este encantador y modesto cantante en Londres en octubre de este año (ver The London Visit en el blog), que me recibió en irlandés. Muhammed también toca el violín en esto, acompañado por Mark Patterson con mandolina y Paul Sims con guitarra.

Fin.

¿CÓMO PUEDE UN PUEBLO DERROTAR A UN INVASOR MÁS FUERTE O A UNA POTENCIA OCUPANTE?

Diarmuid Breatnach

Noviembre de 2012 (ligeramente revisado enero 2014)

(Originalmente in inglés y traducido por

Miguel Huertas)

PRESENTACIÓN

La pregunta de cómo una nación sería capaz de derrotar a una potencia imperialista o colonial más fuerte que ha invadido su territorio ha ocupado la mente de muchos revolucionarios – principalmente demócratas patriotas (en Irlanda, “republicanos”) y socialistas. La Historia mundial nos muestra algunas victorias en esta lucha, como la de los vietnamitas contra EEUU. No obstante, también muestra victorias parciales, en las que el poder colonial fue forzado a retirarse pero los nuevos gobernantes del país entregan la independencia que ya tenían en sus manos y se convierten en clientes del antiguo poder colonial o en una nueva potencia imperialista.

La historia de la lucha por el socialismo y la de liberación nacional, separada pero conectada de numerosas maneras, nos a entregado muchos ejemplos de los que extraer lecciones generales que puedan ser aplicadas a las luchas de la misma naturaleza en el presente, el pasado, y el futuro.

 

VIETNAM

Los vietnamitas tenían a los franceses prácticamente derrotados cuando fueron invadidos por los japoneses, quienes al perder la Segunda Guerra Mundial tuvieron que devolver la mitad del territorio a los franceses, que a su vez se lo entregaron a EEUU, la nueva superpotencia imperialista que había emergido de la Guerra.

Los vietnamitas, en un país que es más pequeño que el Estado de Virginia, combatieron contra EEUU durante otros veinte años, sufriendo tremendos daños y finalmente derrotándoles. Estados Unidos contaba con el ejército mejor equipado del mundo, con la economía más poderosa y una tecnología en constante desarrollo, con una gran población de la que movilizar soldados y un gran presupuesto militar. Y aun así los vietnamitas vencieron.

Vietnamese guerrillas -- the guerilla forces and the North Vietnamese Army together defeated the huge superpower the USA
Guerrilleras vietnamitas — las fuerzas guerilleras y el Ejército Norte Vietnames juntos derrotaron a la gran superpotencia los EEUU.

Por supuesto que estaban luchando por su tierra natal, por supuesto que eran valientes, inteligentes y se adaptaban. Pero esas virtudes, por sí solas, podrían no haber sido suficientes. Tenían otros factores a su favor. Ya tenían liberado la mitad del país (Vietnam del Norte), y EEUU no podía invadir ese territorio sin arriesgarse a que China o incluso la Unión Soviética entrasen en conflicto directo con ellos. Esa parte del país permaneció durante muchos años como una retaguardia segura para los vietnamitas que combatían en las filas de la guerrilla del Viet Cong, y para los soldados regulares del Ejército de Vietnam del Norte, de quienes podían conseguir armas y otros materiales.

En el área de las relaciones internacionales, los vietnamitas tenían el respaldo de la República Popular de China, que podía aprovisionar les con armas y equipo.

En política internacional, todas las fuerzas anti-imperialistas les apoyaron, aislando a EE.UU. políticamente. Ese hecho, combinado con la tasa de mortalidad de los soldados estadounidenses junto con la progresiva radicalización de la juventud, creó un poderoso movimiento contra la guerra imperialista dentro de los propios Estados Unidos que jugó un papel importante minando la moral del personal militar de EEUU destinado en Vietnam.

A powerful movement of opposition to the Vietnam War within the USA itself
Un movimiento potente de oposición a la Guerra de Vietnam dentro del mismo EE.UU.

Los vietnamitas también tenían el apoyo del régimen laosiano y de potentes fuerzas anti-imperialistas en Camboya, quienes proporcionaban pertrechos y rutas de escape alternativas para la guerrilla vietnamita.

El territorio de Vietnam es montañoso, con valles y planicies cubiertas de junglas y arboledas de bambú o con “pasto elefante”, una hierba de altura superior a una persona. Escondía perfectamente a la guerrilla y a unidades regulares del ejército.

Vietnamese liberation forces tank crashes through the gates of the US Embassy in Saigon as liberation forces take the city from the US puppet regime after US forces left
Tanque de las fuerzas de liberación vietnamitas rompe la puerta de la Embajada de los EE.UU. en Saigon tras las fuerzas de liberación tomar la ciudad desde el régimen títere de EE.UU. después de que las fuerzas estadounidenses se fueron

Y, quizá crucialmente, el monopolio capitalista de EE.UU. podía permitirse perder la parte sur del Vietnam – no estaba integrado en su territorio, ni siquiera en su “patio trasero” (como suelen pensar de América Latina). La pérdida les costó prestigio, algo importante para una superpotencia mundial, así como moral en su propio país. Su clase dominante estaba decidida a no perder, y combatieron duramente para ganar, pero las consecuencias políticas y las bajas eran tan elevadas que otro sector de esa clase optaba por abandonar. Ése es el verdadero motivo del escándalo Watergate y de la acusación del presidente Nixon.

 

IRLANDA

Irlanda ya no es un país boscoso, y tiene muchas más zonas urbanizadas que Vietnam; no tiene una zona liberada que le sirva de apoyo (el Estado de los 26 condados o “República de Irlanda” es hostil a cualquier movimiento anti-imperialista en su territorio), ni tiene países vecinos que quieran prestar ayuda o hacer la vista gorda ante el uso de su territorio. Tampoco tiene un buen proveedor de armamento (en realidad, el único fue brevemente la Libia de Gadafi). Además, no sólo Irlanda es considerada el “patio trasero” de Gran Bretaña, sino que la isla entera ha sido considerada como un parte integral del “Reino Unido”, la base del monopolio capitalista británico.

Pero ha habido y hay otros factores que el movimiento anti-imperialista irlandés puede usar en su favor, que serán examinados aquí en el contexto de las luchas anti-imperialistas del país en el último siglo.

Primero sería útil echar un vistazo a un breve resumen histórico de las luchas irlandesas contra el colonialismo y el imperialismo pero, por ser caso que el lector ya conocía bien esa historia, lo hemos puesto en apéndice al final.

¿Cuáles fueron las opciones de las fuerzas irlandesas de liberación nacional en algunos momentos del siglo pasado?

Siempre es más fácil juzgar a los actores y las acciones del pasado, pero es necesario hacerlo para permitir que las acciones pasadas nos enseñen a la hora de llevar a cabo las acciones del presente y del futuro. Las examinadas aquí son las opciones, elecciones, y consecuencias, del

  • Alzamiento de Pascua de 1916,

  • y la Guerra guerrillera de La Independencia de 1919-1921

  • y la guerra de 30 años 1971-1998.

El Alzamiento de Pascuas 1916

En 1914 había empezado la Primera Guerra Mundial imperialista, y para 1915 la escala de la matanza era enorme. Los socialistas revolucionarios (en oposición a los partidos socialdemócratas que habían elegido apoyar a sus burguesías nacionales), querían una insurrección que detuviera la carnicería y también brindara una oportunidad a la revolución socialista – en este sector se encontraban James Connolly y el Partido Socialista Republicano Irlandés, que colocaron en la azotea del edificio de su sindicato una enorme pancarta que rezaba: ¡NI REY NI KAISER!

También 1914 era un año después de que el Sindicato Irlandés de Transportes y Trabajadores Generales, una escisión de un sindicato británico, tratase de romper el cierre patronal de Dublín durante ocho meses. Durante ese cierre patronal, el sindicato había formado su propia milicia –el Ejército Ciudadano Irlandés– para defenderse de los violentos ataques de la policía, y tal organización continuó existiendo pese al fin del cierre patronal.

Los nacionalistas revolucionarios demócratas, es decir republicanos, también vieron la oportunidad de luchar por la libertad mientras el ocupante colonial-imperialista estaba luchando contra otras potencias imperialistas. También pensaron que aquellas naciones que hubiesen ganado su independencia o al menos demostrado con fuerza su deseo de ser independientes verían su derecho de autodeterminación ratificado por las potencias emergentes tras la Guerra.

Los nacionalistas constitucionales, por otro lado, la mayoría se apresuraron a mostrar su apoyo por sus amos coloniales y, en el caso de Irlanda, reclutaron a sus compañeros para que se unieran a la carnicería de los campos de batalla.

En Irlanda, la sociedad secreta revolucionaria Hermandad Republicana Irlandesa y las organizaciones de los Voluntarios Irlandeses (que los anteriores controlaban tras la escisión de los Voluntarios Nacionales Irlandeses, de cual muchos se unieron al ejército británico), junto con la organización de mujeres Cumann na mBan y la organización juvenil Na Fianna Éireann, unieron sus fuerzas a la del Ejército Ciudadano (según Lenin, dicen: “El primer Ejército Rojo de Europa”) en una insurrección armada contra el dominio británico. Principalmente tuvo lugar en Dublín en 1916 y duró una semana. Después de que los rebeldes se rindieran ante las superiores fuerzas británicas, la mayoría fueron enviados a campos de concentración junto con otros que fueron arrestados y condenados sin juicio. Casi todos los líderes del Alzamiento fueron ejecutados por pelotones de fusilamiento.

Planes para el Alzamiento

Hubo ciertos elementos en el plan del Alzamiento que merece la pena considerar. La insurrección había sido planeada en secreto, no sólo de cara a las autoridades, sino también de cara a ciertos líderes de los Voluntarios Irlandeses, incluido su comandante. Estaba planeado para ser una insurrección a nivel nacional, y también se había contado con que la Alemania Imperial, en guerra con el Imperio Británico, aprovisionara al levantamiento con armas y municiones.

La primera parte del plan en fallar fue la dificultad de encontrarse, por cambio de destino, con el buque alemán para coger las armas y llevarlas a tierra firme, y su posterior descubrimiento por parte de los británicos, resultando en la captura de la tripulación (después de hundir el barco) y de Roger Casement, el agente de los Voluntarios Irlandeses que viajaba con ellos.

Lo segundo en desmoronarse fue el secretismo interno y que, cuando el comandante de los Voluntarios Irlandeses supo del Alzamiento y del fracaso al obtener las armas alemanas, canceló las “ marchas y maniobras ” planeadas para el Domingo de Pascua, que eran el código para la movilización de los rebeldes. El Alzamiento comenzó en el Lunes de Pascua, pero tan sólo con un millar de hombres y mujeres movilizados en Dublín, muchos menos efectivos en los condados Meath, Galway y Wexford y sin comunicación entre esas fuerzas a excepción del mensajero, un proceso que tardaba días.

En Dublín, las fuerzas rebeldes fueron desplegadas débilmente y no fueron capaces de tomar ciertos edificios importantes, como el Castillo de Dublín, sede del poder colonial desde la invasión de los normandos (que además tenía en su interior a los dos oficiales británicos más importantes destinados en Irlanda), y el Trinity College, que establecía el canon para la altura de los edificios y desde cuya azotea los francotiradores británicos hostigaban a los insurgentes, matando a algunos de ellos (a parecer, la toma de este edificio no era parte del plan original).

El plan original del Alzamiento ha sido analizado por varias autoridades –algunas de ellas militares, y se ha debatido sobre él largo y tendido.

Sin embargo, una movilización de efectivos que puede ser cancelada o muy debilitada por una sola persona, que además no es parte del plan pero puede suponerse que se enterará tarde o temprano, es una debilidad monumental. Si tal acuerdo es contemplado, al menos se debe tener un plan alternativo en caso de que esa persona decida echar abajo la operación, y que cuente además con líneas de comunicación rápida entre las diversas unidades que se quieren movilizar.

Otra debilidad del plan es no haber bloqueado el río Liffey (por ejemplo, hundiendo barcos en él), lo que permitió a un acorazado británico navegar cauce arriba y bombardear la ciudad. Se dice que James Connolly, comandante del Ejército Ciudadano, había pensado que los británicos no llegarían a los extremos de destruir propiedades capitalistas. Esto no fue finalmente un factor fundamental, pues los británicos emplearon también otros cañones para atacar Dublín… pero podría haberlo sido.

También parece que no hubo planes para la destrucción de puentes o vías de ferrocarril, probablemente debido a que se había contado con esas vías de comunicación en el plan original de movilización de los insurgentes.

¿Podría haber sucedido?

Pero incluso contando con estos elementos y con una supuesta movilización total de efectivos, ¿qué probabilidades de éxito tenía el Alzamiento? Irlanda es una isla, y la superioridad naval de las fuerzas británicas hubiese permitido que desembarcasen tropas a voluntad en prácticamente cualquier lugar, aunque es cierto que en ese momento el Imperio Británico estaba combatiendo a otras potencias imperialistas y había comprometido la mayor parte de sus efectivos en esa lucha. Pero, ¿es probable que estuviesen dispuestos a sacrificar una posesión tan cercana a su tierra natal, que es una parte misma del Reino Unido, y además tan cerca de su flanco occidental? ¿No es más probable que hubiesen decidido perder un territorio más alejado?

Lo más seguro es que, en el caso de haberse dado un alzamiento exitoso en la mayor parte de Irlanda, los británicos hubiesen respondido con el desembarco de tropas en varios lugares del territorio y, aunque sin duda tras cruentos combates, hubiesen tomado todas las ciudades controladas por los insurgentes. Hubiesen salido victoriosos porque eran superiores numéricamente, en armamento, en entrenamiento, y en poder naval y aéreo (de los cuales los insurgentes carecían por completo), y porque hubiesen estado combatiendo en una guerra convencional en la cual estos elementos son cruciales.

Después, se hubiesen desplazado de esas ciudades insurgentes al medio rural de los alrededores para eliminar a las unidades rebeldes aún en activo. En ese tipo de operaciones hubiesen tenido el apoyo de la policía y las fuerzas armadas cuartelizadas allí que no hubiesen sido capturadas por los insurgentes, y de las milicias lealistas (de número substancial en la parte norte del país). El control británico de los mares hubiese prevenido que los insurgentes irlandeses se beneficiasen de cualquier ayuda extranjera.

El coste para los británicos hubiese sido elevado: tanto en la ventaja que hubiesen tenido sus enemigos en la guerra como en consecuencias políticas y quizá en la moral de sus propias tropas. ¿Pero quién puede dudar que se hubiesen arriesgado a todo ello?

O'Connell St (then Sackvill St) from the Bridge looking north-eastwards.  Destruction by bombardment of a major UK city shows determination of the British to crush the Rising.
La calle O’Connell (entonces la de Sackville) desde el Puente mirando hacia el noreste. La destrucción por bombardeo del centro de una mayor ciudad del Reino Unido (como lo era entonces) muestra la determinación por los británicos de aplastar el Alzamiento.

Incluso podrían simplemente haber tomado las ciudades en manos de los insurgentes y haber asegurado que el norte del país permanecía leal hasta después de la guerra, y entonces haberse ocupado de los insurgentes que quedasen con más tranquilidad.

Lo que realmente ocurrió, como sabemos, fue que el Alzamiento fue derrotado en una semana, se declaró la ley marcial, los principales líderes fueron ejecutados, y se produjeron subsiguientes redadaspor todo el país, así como arrestos e prisión sin juicio.

La Guerra de la Independencia y el alejamiento de los objetivos marcados

Tres años más tarde, los nacionalistas revolucionarios volvieron a la lucha armada, esta vez sin milicias obreras ni un liderazgo socialista efectivo como aliados, y comenzaron una estrategia de lucha política combinada después con ataques de guerrilla en zonas rurales que pronto se extendieron a ciertas zonas urbanas (principalmente las ciudades de Dublín y de Cork).

La lucha política movilizó a miles de personas y también resultó en una mayoría absoluta en Irlanda de su partido en las elecciones generales (en Reino Unido, del que Irlanda era parte). La lucha en Irlanda y la respuesta británica estaba generando mucho interés y comentarios críticos en círculos políticos, intelectuales y artísticos de la propia Gran Bretaña. Además, por el mundo, muchos revolucionarios, socialistas y nacionalistas, estaban obteniendo inspiración de esa lucha anti colonial tan feroz, que tenía lugar tan cerca de Inglaterra, dentro del propio Reino Unido.

El desmantelamiento por parte de las fuerzas nacionalistas, mediante amenazas y acciones armadas, de la red de control de la policía colonial británica, que consecuentemente también desmanteló la mayoría del servicio de Inteligencia de contra insurrección, llevó a los británicos a formar dos nuevos cuerpos especiales que ayudasen a combatir la insurrección irlandesa. Estas dos fuerzas se ganaron a pulso una siniestra reputación, no sólo entre los nacionalistas sino también entre los lealistas pro-británicos.

Estas fuerzas especiales de paramilitares policiales recurrieron cada vez más y más a la tortura, el asesinato y el incendio provocado pero, no obstante, en ciertas zonas de Irlanda como Dublín, Kerry y Cork, tuvieron que ser reforzados con soldados británicos regulares dado que no eran capaces de combatir de forma efectiva a los insurgentes, que se volvían más confiados, más decididos y más experimentados cada semana que pasaba.

Sin embargo, dos años después del comienzo de la guerra de guerrillas, una mayoría dentro del liderazgo del movimiento nacionalista revolucionario apostó por la partición del país, con cierta independencia para una de las partes, siempre dentro de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth).

Se ha debatido mucho acerca de los eventos que condujeron a este momento. Se suele decir que el Primer Ministro británico Lloyd George chantajeó a la delegación diplomática irlandesa con la amenaza de “una guerra terrible y total” si no aceptaban el acuerdo. La delegación fue forzada a responder a la propuesta sin tener la posibilidad de consultar a sus camaradas.

Algunos dicen que el Presidente del partido político nacionalista, Éamonn de Valera, envió a un delegado sin experiencia política, Michael Collins, sabiendo que acabaría aceptando un mal trato, del cual De Valera pudiese distanciarse.

Michael Collins, encargado del abastecimiento de las guerrillas, dijo posteriormente que les quedaban sólo unos pocos cargadores más para cada combatiente, y que el IRA, el ejército guerrillero, no podría combatir en el tipo de guerra con la que amenazaba Lloyd George. También dijo que ese Tratado era un paso adelante en la total independencia de Irlanda en un futuro próximo.

Ninguna de esas razones me parecen convincentes.

¿Cómo pudo el liderazgo de un movimiento en el punto álgido de su éxito derrumbarse de ese modo?

Desde luego, los británicos amenazaban con una guerra más dura, pero ya habían hecho amenazas antes, y el pueblo irlandés las había enfrentado sin miedo. Si el IRA se encontraba en tal difícil situación con respecto a las municiones (no estoy seguro de que exista ninguna prueba de ello aparte de la afirmación de Collins), hubiese sido una razón válida para reducir la actividad militar, no para retirarse y aceptar un Tratado cuando estaban tan cerca de conseguir aquello por lo que estaban luchando. El IRA era, después de todo, una guerrilla de combatientes voluntarios, la mayoría de ellos a tiempo parcial. Podría haberse retirado de las operaciones ofensivas y muchos de sus luchadores haberse mezclado con la población o, de ser necesario, haberse “dado a la fuga”.

Si la situación de los suministros militares de los nacionalistas irlandeses era tan terrible de cara al mejor equipo y experiencia de los soldados británicos, ¿realmente es eso lo único a tener en cuenta? Un ejército necesita más que armas y municiones para ir a la guerra, sino que hay otros factores que afectan a su habilidad y efectividad.

La situación precaria de los británicos

En 1919, al final de la Guerra, los británicos, aunque eran la parte victoriosa, estaban en una situación precaria. Durante la misma guerra había habido graves motines en el ejército (durante los cuales los oficiales y suboficiales habían muerto a manos de sus soldados), y cuando los soldados fueron desmovilizados de vuelta a la vida civil y sus viejas condiciones de vida, había una extendida insatisfacción. Las huelgas en la industria habían sido prohibidas durante la Guerra (aunque algunas se habían producido igualmente), y un movimiento de huela estaba ahora en marcha.

En 1918 y nuevamente en 1919, la policía se puso en huelga. También en 1919, los trabajadores del ferrocarril hicieron huelga, al igual que otros sectores, en una oleada que se llevaba organizando desde el año anterior. En 1918 las huelgas ya habían costado 6 millones en días laborales. Esta cifra se elevó a 35 millones de pérdidas en 1919, con una suma diaria de aproximadamente cien mil trabajadores en huelga.

Glasgow presenció en 1921 una huelga con piquetes de 6.000 personas que combatieron a la policía. La unidad local del ejército británico fue encerrada en sus cuarteles por sus propios oficiales, y unidades especiales armadas con ametralladoras, tanques y un obús, fueron movilizadas desde otras partes del país.

James Wolfe, en su trabajo ‘Motines en las Fuerzas Armadas Estados Unidienses y Británicas en el siglo XX’(Mutiny in United States and British Armed forces in the Twentieth Centuryhttp://www.mellenpress.com/mellenpress.cfm?bookid=8271&pc=9), incluye los títulos de los siguientes capítulos:

Workers pass an overturned tram during in Hackney, NE London, during the 1926 British General Strike.  In general, goods travelled through Britain with authorisation from the workers or under police and troop protection.
Trabajadores pasan un tranvía rompehuelgas volcado en Hackney, Londres NE, durante la Huelga General 1926. Por muchas partes, los bienes viajaron a través de Gran Bretaña con la autorización de los trabajadores o bajo escolta de protección policial o militar.

 

4.2 Los motines en el ejército en Enero/Febrero de 1919

4.3 El motín de ‘Val de Lievre’.

4.4 Tres motines en la Royal Air Force (Fuerza Aérea Real), Enero de 1919.

4.5 Motines en la Marina Real — Rusia, Febrero a Junio de 1919.

4.6 Los motines navales de 1919.

4.7 Disturbios de desmovilización 1918/1919.

4.8 Los disturbios del campamento de Kinmel Park 1919

4.9 “No es un país para héroes” – los disturbios de los veteranos en Luton.

4.10 El descontento en curso –Mediados de 1919 a Fin de Año.

El Gobierno británico temía que su policía fuese insuficiente a la hora de reprimir a los trabajadores, y preocupado sobre la confianza en su ejército si era usado de esa manera.

Ya se habían producido manifestaciones, disturbios y motines en las Fuerzas Armadas acerca de los retrasos en la desmovilización (y también en protesta al ser enviados a combatir la Revolución Bolchevique en Rusia).

Los demás lugares del Imperio Británico eran también inestables. Los árabes estaban enfurecidos ante la negativa británica de darle la libertad, tal y como habían prometido, a cambio de combatir a los turcos, y las rebeliones estallarían y se continuarían a lo largo de los siguientes años.

Los británicos también se estaban enfrentando al descontento en Palestina al estar re ubicando allí a judíos que habían comprado tierra árabe. Una rebelión contra los británicos tuvo lugar en Mesopotamia (actual Iraq) en 1918 y de nuevo en 1919. La Tercera Guerra Afgana se produjo en 1919; Ghandi y sus seguidores comenzaron su campaña de desobediencia civil en 1919 mientras que en la región Malabar de la India se levantó en armas contra el dominio británico en 1921.

Comunicados secretos (pero ahora accesibles) entre Winston Churchill, Lloyd George, y el Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Británicas revelan serias preocupaciones acerca de la capacidad y disposición de sus soldados a la hora de reprimir futuras insurrecciones y acciones en la industria en Gran Bretaña e incluso, si los soldados en servicio activo demandaban su desmovilización, si tendrían suficientes soldados a lo largo del Imperio para enfrentarse a las tareas que tendrían que enfrentar.

Los nacionalistas revolucionarios irlandeses estaban en una posición muy fuerte para continuar su lucha hasta ganar su independencia, e incluso para ser catalizadores de una revolución socialista en Gran Bretaña y la muerte del Imperio. Pero retrocedieron, dándole al Imperio el respiro que necesitaba para ocuparse de las ascuas de rebelión en otros lugares y para prepararse para el enfrentamiento con los militantes sindicalistas británicos durante la Huelga General de 1926.

Así, los partidarios del Tratado volvieron sus armas contra aquellos que habían sido sus camaradas en una cruel Guerra Civil que comenzó en 1922. El nuevo Estado ejecutaba a los prisioneros del IRA (incluso a algunos sin juicio) y la represión continuó con dureza incluso cuando ya habían derrotado al IRA en la Guerra Civil.

Si los nacionalistas revolucionarios irlandeses no tenían conocimiento de todos los problemas a los que se enfrentaba el Imperio Británico, sí que conocían muchos de ellos. La huelga de hambre en 1920 de McSwiney, el Alcalde de Cork, había captado la atención internacional, y los nacionalistas indios se habían puesto en contacto con la familia de McSwiney. La presencia de enormes comunidades de trabajadores irlandeses en Gran Bretaña, de Londres a Glasgow, daban la oportunidad de mantenerse al día de los conflictos industriales, incluso si a los nacionalistas irlandeses no les importaba establecer lazos de unión con los sindicalistas británicos. Sylvia Pankhurst, de una importante familia de sufragistas y una revolucionaria comunista, publicaba cartas en ‘El Trabajador Irlandés’ (The Irish Worker), el periódico del Sindicato Irlandés de Transportes y Trabajadores Generales (IT&GWU- Irish Transport & General Workers’ Union).

La presencia de un número importante de irlandeses todavía dentro del ejército británico también era una fuente de información.

Anti-Treaty cartoon, 1921, depicts Ireland being coerced by Michael Collins, representing the Free State Army, along with the Catholic Church, in the service of British Imperialism
Dibujo de la Lucha contra el Tratado de 1921, representa a Irlanda siendo coaccionado por Michael Collins, en representación del Ejército del Estado Libre, junto con la Iglesia Católica, al servicio del imperialismo británico

La mayoría de los líderes del movimiento nacionalista revolucionario irlandés tenían un trasfondo pequeño-burgués y no tenían un programa de expropiación de industriales y grandes terratenientes. No buscaban representar los intereses del pueblo trabajador irlandés, e incluso algunas veces le demostraron hostilidad, impidiendo que campesinos sin tierra se estableciesen en grandes fincas y se dividiesen después el terreno. Históricamente, la pequeña burguesía se ha mostrado incapaz de compaginar una revolución con sus propios intereses como clase, y en Irlanda era inevitable que los nacionalistas acabasen siguiendo los intereses de la burguesía irlandesa. Los socialistas irlandeses eran demasiado pocos y débiles como para ofrecer un bando alternativo. La burguesía irlandesa había sido revolucionaria por última vez en 1798, y no iba a cambiar en ese momento. Originalmente, junto a una Iglesia Católica con la que tenían muchos intereses en común, se habían negado a apoyar al nacionalismo revolucionario pero decidieron unir fuerzas con él cuando vieron que había una posibilidad de mejorar su posición, y también cuando parecía que la derrota de los británicos era inminente.

Ante estas evidentes posibilidades es difícil evitar la conclusión de que el sector del nacionalismo revolucionario irlandés que optó por el Tratado ofrecido por Lloyd George, lo hizo debido a que lo preferían a las alternativas. Prefirieron rendirse a cambio de un solo pedazo en lugar de luchar por todo el pastel. Y la burguesía irlandesa se beneficiaría del Tratado, a diferencia de la mayoría del pueblo irlandés. Las frase de James Connolly que decía que la clase obrera era la “incorruptible heredera”

Troops of the new Irish government use British-lent cannon to shell Republican HQ in the Four Courts in 1922, starting the Civil War.
Las tropas del nuevo gobierno irlandés usan cañón prestado por los británicos para bombardear la sede republicana en los Four Courts (Cuatro Juzgados) en 1922, iniciando la Guerra Civil.

 de la lucha irlandesa por la libertad tuvo un corolario: que la burguesía irlandesa siempre comprometería la lucha. También es posible que la alternativa que la burguesía nacionalista temía no era tanto la “guerra terrible y total” británica, sino la posibilidad de una revolución social en la que perderían todos sus privilegios.

El siguiente reto al Imperio por parte del nacionalismo revolucionario no ocurriría hasta cincuenta años más tarde, y tendría lugar principalmente en los Seis Condados ocupados.

La guerra de treinta años en los Seis Condados

El IRA no tuvo mucho éxito en la serie de cortas campañas que llevaron a cabo durante la Segunda Guerra Mundial o durante los años cincuenta. El Sinn Féin, su partido político, sufrió una importante escisión durante los años treinta, y la nueva organización, Fianna Fáil, que optó por un camino puramente constitucionalista, pronto se convirtió en uno de los principales partidos burgueses del nuevo Estado irlandés. Este partido estuvo en el poder durante la Segunda Guerra Mundial, y sintió que su posición de neutralidad sería debilitada por la actividad del IRA contra los británicos. Llevó a cabo redadas contra sus propios camaradas, encarceló a cientos de ellos en unas condiciones penosas, les propinó palizas en las que algunos murieron, así como ejecutó a muchos otros.

El Sinn Féin se reformó en los sesenta, revocó su prohibición de posturas comunistas y aparentemente comenzó a desarrollar un punto de vista socialista; también comenzó a preocuparse por asuntos sociales dentro del Estado irlandés y realizó agitación sobre cuestiones como la vivienda. Además, llevó a cabo campañas de desobediencia civil y de traspaso de la propiedad privada de terratenientes extranjeros que poseían viviendas, tierras y ríos sobre suelo irlandés.

En los Seis Condados, el partido contribuyó a la organización del movimiento de protesta por los derechos civiles, pero pronto éste les sobrepasó. Después de que la policía arrasase esas áreas y matase a tiros a un miembro de la comunidad (irónicamente, una persona de la localidad que era soldado británico y que estaba de vacaciones), las comunidades católicas de Derry y Falls Road (Belfast) levantaron barricadas para impedir el paso de la policía, y en Derry fueron capaces de defender las con éxito contra los repetidos ataques de la policía paramilitar, sus reservas a tiempo parcial, y de las turbas lealistas.

Escisión!

Entonces, cuando necesitaron armas, los republicanos del norte descubrieron que el liderazgo en Dublín había dispuesto de ellas (supuestamente las había vendido a un grupo armado galés), y que lo único que tenían para defender sus zonas era un puñado de armas (y sólo una de las cuales era automática). Esto llevó a una escisión en el partido y en el IRA, llamándose las nuevas organizaciones Sinn Féin Provisional e IRA Provisional. La organización original añadió la palabra “Oficial” tanto a su ala política como a su grupo armado. Los escindidos rápidamente pasaron a ser conocidos como “los provisionales” (o “Provos” o “Provies”). Más tarde los Oficiales pasaron a ser conocidos como “los Pegajosos” (o “Stickies”), debido a una desafortunada innovación que les llevó a hacer sus propios lirios de pascua (flor que simboliza el Alzamiento de Pascua de 1916) con papel y pegamento en la parte de atrás (los otros siguieron sujetando con pin, como antes).

Los Provisionales no tenían tolerancia para el socialismo. Muchos de ellos sentían que había sido la ideología socialista la que les había llevado a estar prácticamente desarmados cuando sus zonas estaban bajo ataque. Reiteraron la clásica queja de los soldados sobre “demasiada política”. Además, entre sus dirigentes no había pocos católicos de ideología conservadora. En su frente internacional, más bien escaso, Fred Burns O’Brien, un estadounidense de origen irlandés y republicano pero también sionista, durante un tiempo publicó en el periódico de Sinn Féin An Phoblacht una columna en la que de vez en cuando ensalzaba el ejemplo sionista. Una carta de protesta de un lector que expresaba que los aliados naturales de los irlandeses eran los palestinos y no los sionistas no fue publicada, y O’Brien continuó escribiendo su columna en An Phoblacht durante algún tiempo más.

Los Provisionales se enfrentaron con el Ejército Británico cuando fue enviado a apoyar al Estado colonial contra los levantamientos populares cuando la policía colonial se mostró incapaz de reprimirlos. Pronto estuvieron combatiendo fundamentalmente con los soldados del Ejército Británico, la policía armada colonial, y los escuadrones de la muerte clandestinos de ambas unidades. Además, aunque en menor medida, también combatieron con los paramilitares lealistas, que mayoritariamente concentraban sus ataques de forma aleatoria en personas de origen católico.

Nuevo liderazgo de los Provisionales

Gradualmente, una nueva hornada de dirigentes comenzó a formarse entre las filas de los Provisionales. Los viejos dirigentes habían quedado desacreditados, Mac Stiofáin por ser capturado con papeles incriminatorios, y después empezar una huelga de hambre hasta la muerte que abandonó al poco de empezar. El liderazgo de Ó Brádaigh perdió cierta credibilidad debido a su declaración de que, primero 1972 y después 1973, iba a ser Bliain an Bhua, el Año de la Victoria (por supuesto, ninguno lo fue). También bajo su liderazgo se produjo el alto fuego y tregua de 1975, de los cuales los Provos no sacaron beneficio alguno cuando los británicos rompieron la tregua y atacaron medidas aún más represivas que las anteriores; además, los posibles beneficios propagandísticos no estaban preparados y no se produjeron. “Moss” Twomey, Jefe del Estado Mayor del IRA y uno de los líderes originales de los Provisionales, no apoyó la tregua pero fue cesado de su cargo debido a su arresto en 1977 por parte de la Garda (Policía) en los 26 Condados.

Ruairí Ó Brádaigh and Gerry Adams, solidarity conference London 1983.  Adams ousted Ó Brádaigh in the Provos' leadership.  Ó Brádaigh was twice chief of staff of the IRA between 1958 and 1962, president of Provisional Sinn Fein from 1970 to 1983 and of Republican Sinn Fein from 1987 to 2009,
Ruairí Ó Brádaigh y Gerry Adams, conferencia de solidaridad de Londres 1983. Adams derrocó a Ó Brádaigh del liderazgo de los Provos. Ó Brádaigh era dos veces comandante del IRA entre 1958 y 1962, presidente del Sinn Fein Provisional 1970-1983 y del Sinn Fein Republicano 1987-2009.

El nuevo liderazgo, sobre el cual existe la extendida creencia de que Gerry Adams era el personaje principal, junto con un grupo de militantes afines, tomó el control del IRA y del Sinn Féin; el encuentro anual de delegados del partido en 1986 vio cómo Ó Brádaigh y muchos de sus seguidores (lo que no incluía a Twomey) se marchaban para formar poco después el Republican Sinn Féin (desde entonces ligado al IRA de la Continuidad).

El IRA Provisional (y por un tiempo, el INLA, otra escisión del IRA Oficial), combatió en una guerra terrible contra un ejército imperialista moderno con sofisticados sistemas de vigilancia, contra la policía colón británica armada y contra los paramilitares lealistas, controlados por la policía británica y por los servicios de inteligencia militares.

Infligieron un gran número de bajas entre las fuerzas coloniales, pero también sufrieron muchas bajas ellos mismos. Cientos de ellos fueron encarcelados durante grandes periodos de tiempo, y entonces las prisiones mismas se convirtieron también en áreas de lucha.

El área de operaciones de los grupos republicanos estaba prácticamente confinada a los Seis Condados. El Sinn Féin Provisional organizó y llevó a cabo una serie de campañas en los 26 Condados, pero principalmente concentrados en lograr el apoyo para la lucha que se llevaba a cabo en el norte.

El Sinn Féin Provisional no trabajó de forma seria con el movimiento sindical, y cuando uno de sus miembros del Ard-Choiste (Comité Ejecutivo Nacional), Phil Flynn, era un alto cargo sindicalista, tomó parte en lograr un acuerdo de pacto social con el gobierno irlandés con el resultado que el movimiento sindical no fuese una amenaza real para los planes del capitalismo irlandés de ahí en adelante.

Buscando alianzas dentro de Irlanda, el Sinn Féin Provisional (antes y después de la escisión) realizó movimientos de confluencia hacia el ala “republicana” del Fianna Fáil.

El Sinn Féin Provisional no tomó parte en la lucha por la legalización de los preservativos y la píldora anti-conceptiva.Cuando se produjo el referéndum constitucional sobre el aborto, el Sinn Féin Provisional se mostró en contra, mientras que en el del divorcio respondió con evasivas. Cuando se produjo el referéndum acerca de entregar la nacionalidad a los hijos de inmigrantes que hubiesen nacido en Irlanda, su postura era a favor, pero no hicieron ninguna campaña al respecto, concentrándose en su lugar en promover el Acuerdo del Viernes Santo y discutiendo por la retención de las Cláusulas Constitucionales 2 y 3 (aquellas que reivindicaban para toda Irlanda). En otras palabras, en cuatro principales áreas de los derechos civiles, o se tomaron el bando equivocado o fallaron a la hora de movilizarse. Es notable que, en esas ocasiones, el Sinn Féin Provisional se posicionara a la derecha del Partido Laborista irlandés, de línea socialdemócrata.

El Sinn Féin Provisional tampoco se organizó en torno al asunto del desempleo y su consiguiente emigración, un problema que afectaba principalmente a la juventud de todas las capas sociales de Irlanda.

De hecho, el único problema social en el que actuaron con decisión fue en el tráfico de drogas. Aun así, incluso en ese caso, su punto de vista moralista les hacía tratar a todas las drogas igual, excepto por supuesto el alcohol, que vendían en sus clubs y al que ponían un impuesto ilegal en sus áreas, y el tabaco, con el que hacían contrabando a través de la frontera. Su solución al problema de la droga era intimidar a los camellos y conducirles fuera de las áreas donde se llevaban a cabo estas campañas. No obstante, hay persistentes rumores de que cobraban un impuesto a estos camellos en otras áreas como una de sus formas de financiación.

No era de esperar que la mayoría de la gente de los 26 Condados, privados de cualquier referente relativo a las cuestiones económicas y sociales que les afectaban, pudiese ser movilizada exclusivamente acerca de problemas que afectaban tan sólo a una pequeña parte de la población irlandesa, que además vivía bajo otra administración.

El apoyo popular de los Provisionales comenzó a menguar en los 26 Condados, ayudado por la hostilidad de su burguesía, sus medios de comunicación, y su entramado político, mientras que en los Seis Condados ocupados comenzó a calar la fatiga provocada por la guerra.

Fue la lucha de los presos políticos republicanos (principalmente hombres a veces pero con bastante actividad por las presas republicanas), dentro de las cárceles y de sus compañeros y compañeras en el exterior, en principio organizada principalmente por mujeres, la que inspiró nueva vida al movimiento republicano, particularmente en los Seis Condados. Primero la “protesta de la manta”, después la renuncia al aseo, y principalmente la “protesta sucia”, llevaron a la huelga de hambre de 1980. Fue seguida poco después por otra huelga de hambre, esta en 1981, que culminó con la muerte de diez prisioneros republicanos, siete del IRA Provisional y tres del INLA.

La lucha de estos prisioneros y la campaña de quienes les apoyaban galvanizó la comunidad nacionalista de los Seis Condados, y reactivó el movimiento Provisional. Esto también llevó a una exitosa intervención electoral en ambos lados de la frontera, con representación parlamentaria en ambas administraciones.

Trayectoria reformista

De ahí en adelante se puede observar una trayectoria reformista en los Provisionales, ligada a una guerra de guerrillas diseñada para presionar a los británicos y para mejorar la posición negociadora de los Provisionales. En 1998 los Provisionales firman el Acuerdo de Viernes Santo que ganó un apoyo mayoritario con un gran margen en un referéndum en los 26 Condados, y una mayoría raspada en las elecciones de los Seis Condados. De este modo, el Sinn Féin Provisional se convirtió electoralmente en el partido político dominante en la comunidad nacionalista y la segunda fuerza en el conjunto de los Seis Condados.

La estrategia electoral llevó a la primera escisión notable de la organización, de la cual rugió en el 1986 el Sinn Féin Republicano, que ha sido en numerosas ocasiones relacionado con el IRA de la Continuidad, que apareció en escena poco después. En el 1997 se produjo otra escisión de los Provos, de la que se formó el Movimiento por la Soberanía de los 32 Condados (32CSM), ligado normalmente al IRA Auténtico. El 32CSM se escindió después, y los herederos de tal escisión se encuentran en la Red Republicana para la Unidad (RNU). Después de la firma del Acuerdo de Viernes Santo en 1998, un conjunto de personas que dejaron el Sinn Féin (y algunos el IRA) Provisional formaron la organización éirígí (“Alzáos”). Todas estas organizaciones se oponen al Acuerdo de Viernes Santo, al igual que otros pequeños grupos. Todas se declaran socialistas, pero ninguna de ellas está construyendo bases en los sindicatos o en las instituciones educativas, y poco es el trabajo sobre cuestiones sociales y de vivienda en las comunidades.

En las elecciones del 2011 en los 26 Condados (el Estado Irlandés), el partido gobernante, Fianna Fáil, vio duramente reducido su número de votos, debido a una letanía de escándalos financiero-políticos combinados con la crisis financiera del sistema capitalista, durante la cual el gobierno pagó a los especuladores del Banco Anglo-Irlandés con dinero público. Sus jóvenes compañeros de coalición, el Partido Verde, vio su representación completamente eliminada.

El triunfador fue el otro partido burgués, Fine Gael, en coalición con los socialdemócratas del Partido Laborista irlandés. Estos esencialmente continuaron aplicando las políticas de sus predecesores. El Sinn Féin obtuvo 14 escaños, otros 14 fueron para independientes (la mayoría de izquierda), y otros cuatro para dos grupos trotskistas.

La respuesta del Sinn Féin a la crisis ha sido hacer un llamamiento a la inversión interior y la creación de empleo, proclamando que había “una mejor manera, una manera más justa” de manejar la economía. Se han opuesto a los recortes en los 26 Condados (mientras los llevaban a cabo en los Seis) pero no han apoyado la campaña de negarse a registrarse o pagar el Impuesto sobre los Hogares (un nuevo impuesto). Esta fue la mayor campaña de desobediencia civil en la historia del estado y fue un éxito, pero el impuesto fue sustituido por otro, el Impuesto de Bienes Inmuebles, con el Departamento de Ingresos responsable de recoger el impuesto.

Dublin demonstration, 13April 2013, part of civil disobedience campaign against Household & Water Taxes which Sinn Féin did not support
Manifestación en Dublín, 13 Abril 2013, que forma parte de la campaña de desobediencia civil contra Los Impuestos del Hogar y del Agua, campaña que no apoyaba el Sinn Féin

En sus formas de organizarse, su énfasis en las elecciones, sus eslóganes, y su respuesta ante una campaña de desobediencia civil, el comportamiento del Sinn Féin en los 26 Condados se enmarca completamente dentro de la línea de un partido socialdemócrata burgués, con la distinción de que al contrario que muchos partidos socialdemócratas, no tiene historia o fuerza dentro del movimiento sindical. Su estrategia parece ser la de formar su propio espectáculo electoral para entrar en un gobierno de coalición con alguno de los partidos de la burguesía en algún momento del futuro.

La trayectoria de los Provisionales de sus inicios hasta el presente puede resumirse en la resistencia anti-imperialista en la colonia (la parte más pequeña del país), intentos de ganar el partido nacionalista burgués del sur (o al menos algún sector del mismo) para su bando, reformismo electoralista con presión militar hasta las negociaciones, después un completo reformismo electoralista en ambos lados de la frontera con participación en el gobierno capitalista e imperialista de la colonia.

La posible alternativa revolucionaria

Había una posible y viable alternativa. En los 26 Condados, hubiese significado movilizar a las masas populares en torno a los problemas sociales y económicos a los que se enfrentaban: desempleo, emigración, escasez de viviendas, falta de desarrollo, erosión de las zonas de habla gaélica, etc. Hubiese significado enfrentarse al capitalismo dominante, a sus partidos políticos, y a su Estado en sus políticas neo coloniales, escándalos, exención de impuestos, derroche de los recursos naturales y sus bases productivas… Para ello, el movimiento de resistencia podría haber construido sus bases en las comunidades, estudiantes y, de forma crucial, entre la clase obrera, organizándose dentro y a través del movimiento sindical, enfrentándose a los líderes socialdemócratas de los sindicatos y luchando contra su ideología y práctica del “pacto social” con la burguesía.

También hubiese significado organizar y liderar a la población en la defensa de sus derechos sociales: divorcio, métodos contraconceptivos, aborto, derechos LGTB, derechos de ciudadanía para inmigrantes, etc. Por supuesto, tres de estos cuatro temas hubiesen significado un conflicto abierto con la Iglesia Católica.

Entonces, la Iglesia misma hubiese tenido que ser atacada para exponer su larga historia de abusos.

En los Seis Condados, la resistencia nacionalista podría haber sido construida en el seno de movimientos populares combativos, siguiendo el modelo de apoyo a los “Hombres de la Manta” y las huelgas de hambre. Estas bases podrían haber sido movilizadas en torno a las políticas sectarias, la represión, el Ejército Británico, vivienda, desempleo, educación, e incluso en el movimiento sindical. Debido a que la comunidad católica sufría desproporcionadamente el desempleo, y la mayoría de los puestos de trabajo estaban reservados para la población protestante, el movimiento sindical hubiese sido el frente con más dificultad a la hora de progresar, pero aún así había posibilidades.

Tales campañas requerirían una disminución, y probablemente una re-dirección, de las acciones militares por parte del movimiento de resistencia. Las campañas electorales podrían haber tenido lugar, pero con el único objetivo de apoyar las luchas populares y de representarlas en las instituciones, no colaborar con éstas o formar parte del Estado.

Había posibilidades y opciones, para una resistencia viable y para la preparación de la revolución social en ambas partes del país, pero no para el movimiento republicano irlandés con su ideología dominante. Un proceso así hubiese requerido una ideología revolucionaria basada en la organización de la clase trabajadora como motor y fuerza dirigente de un movimiento revolucionario.

La mayor parte del republicanismo irlandés nunca ha estado cerca de seguir ese camino, y parece dificíl ver que lo estará.

Aliados en el exterior

Una nación pequeña, con una población total menor que la de Londres, necesita ayuda si quiere enfrentarse al poder del Imperio Británico y su fuerza militar. El republicanismo irlandés siempre ha tenido esto en cuenta, y en 1798 miraron hacia la Francia revolucionaria, en el siglo XVIII a los EEUU, en la primera parte del siglo XX a la Alemania Imperial, y después de nuevo a la EEUU.

Con una excepción, estas eran alianzas temporales y legítimas, pese a que las tormentas impidieron que la Armada de la Francia republicana atracase en Bantry en 1796 y la fuerza que pudo desembarcar en 1798 era demasiado pequeña y llegaba demasiado tarde como para marcar la diferencia, o pese a que el envío de armas por parte de Alemania en 1916 fuese interceptado y que en 1919 no estuviesen en posición de ayudar.

En los Estados Unidos

La excepción mencionada son los EEUU, que al menos desde 1866 en adelante no iba a apoyar a Irlanda en contra el Imperio Británico. La evidencia que permite concluir esto es la invasión feniana de Canadá en ese año, en la que un destacamento de veteranos irlandeses de la Guerra Civil Americana cruzó la frontera con Canadá (entonces colonia británica) apoyados con una fuerza aún mayor esperando en territorio estadounidense. En ese momento, EEUU estaba en una situación contradictoria con Gran Bretaña debido al apoyo reciente de ésta a la Confederación (el “Sur”). Aun así, EEUU cerró la frontera con Canadá, separando a la vanguardia feniana de la fuerza principal y arrestando a un buen número de fenianos (Hermandad Feniano Irlandés).

Hasta 1898, la política estadounidense había sido de imperialismo “interno”: la derrota de las tribus autóctonas y el re-poblamiento de sus tierras con colonos blancos que serían arrastrados bajo la hegemonía de EEUU. La Guerra Estados Unidos-México en 1848, debida a la anexión de Texas por parte de EEUU, tal vez podría ser citada como guerra imperialista, pero había una gran cantidad de población de origen estadounidense en ese territorio, y EEUU simplemente podría haber considerado parte de su territorio.

Pero en 1898, EEUU entró en guerra con el Imperio Español y se anexionó Puerto Rico, invadiendo también Cuba y Filipinas.

Una vez EE.UU. se hubo consolidado como una potencia imperialista a escala mundial, estaba interesado en reemplazar la influencia y el poder francés y británico con el suyo propio, primeramente en el continente Americano y tierras adyacentes, y después en Asia y Oriente Medio (por último en África). Pero no estaba interesado en la eliminación completa de estas potencias imperialistas, sino que más bien estaba encantado de dominar el mundo con Francia y Gran Bretaña como socios menores. Sobre arrebatarles colonias, sólo lo hubiese ocurrido para dominar tal territorio en su lugar. Era muy inocente por parte de los Provisionales creer que podrían apartar a EE.UU. de sus intereses imperialistas, por muy potente que fuese su grupo de presión americano-irlandés.

A medida que la guerra de los Provisionales contra Gran Bretaña en los setenta no mostraba signos de acabar pronto, empezaron a desarrollar relaciones de hermandad con otras organizaciones de liberación en varias partes del mundo, como el Movimiento de Liberación Nacional Vasco, Al Fatah, o el Consejo Nacional Africano (ANC). La relación con Al Fatah no se pretendía desarrollar a un gran nivel, especialmente durante las dos primeras décadas de la guerra irlandesa, debido a que los Provisionales no querían perder el apoyo del lobby burgués americano-irlandés y esperaban cierta ayuda de la Casa Blanca.

Clinton, Rabin & Arafat
Los Acuerdos de Oslo 1993; el presidente EE.UU demócrata Clinton supervisa el acuerdo entre el Presidente de los sionistas israelí Rabin, y Arafat, líder de la OLP. Debido a este acuerdo, la organización Al Fatah, del que Arafat era el líder, perdió su apoyo mayoritario entre los palestinos en los Territorios Ocupados, que posteriormente fue a Hamas.

Después de la actuación de Al Fatah en las negociaciones de Oslo y el “proceso de paz” palestino, la organización comenzó a perder el apoyo de la mayoría del pueblo palestino, y en los territorios ocupados fue reemplazada por Hamás.

El proceso en Sudáfrica parecía haber dado buenos resultados con un gobierno de la mayoría negra, pero con

South African police of the ANC government executed 34 miners in one day for striking against Anglo-American Platinum mine at Marikana.  A further10 had been killed in previous days.

Policía sudafricana del gobierno del CAN ejecutó a 34 mineros en un día de huelga contra la empresa Anglo American Platinum en Marikana. Unos diez mas habían muerto en días anteriores.

el paso de los años esa “victoria” ha demostrado estar hueca incluso para las personas más ingenuas, especialmente en las últimas semanas, con la masacre de los mineros en huelga por parte de la policía sudafricana enviada por el Consejo Nacional Africano.

El movimiento de liberación nacional vasca está actualmente en su propio proceso de “paz” que muestra muchos signos de ir en la misma dirección que el proceso irlandés y otros que buscan lograr o han logrado la estabilidad temporal del imperialismo.

Dentro de la Gran Bretaña

Dentro de la propia Gran Bretaña había otro lugar en el que encontrar aliados para el movimiento en Irlanda. El Sinn Féin Provisional había cerrado todas sus filiales allí en los setenta, pero mantenía relaciones abiertas con la izquierda anti-imperialista británica y con el ala izquierda del Partido Laborista, de carácter socialdemócrata.

Con la iniciativa Time To Go (“Es la hora de irse”) de los ochenta, intentó unirles, pero esa alianza se fragmentó debido al comportamiento manipulador y carente de principios del sector del Partido Laborista, encabezado por la parlamentaria Clare Short y por John McDonnell (ahora también parlamentario). La Time To Go acabó con tan sólo unos pocos burócratas del Partido Laborista, apoyados tanto por los trotskistas del SWP (Partido Socialista de los Trabajadores) como por el Partido Comunista de Gran Bretaña y, debido sobre todo a este último, de la pequeña Asociación Connolly de la comunidad irlandesa.

Pero perdieron el apoyo primero de la Campaña contra los Registros al Desnudo, seguido del Grupo de Representación Irlandesa en Gran Bretaña, y finalmente del Movimiento Tropas Fuera. Los Provisionales se mantuvieron al margen de estas peleas, pero de facto promocionaron la campaña Time To Go en Gran Bretaña. Se convocó una gran manifestación en Londres, en la que participaron organizaciones normalmente apartadas de la escena de solidaridad irlandesa, pero poco más salió de esa campaña.

Después, los Provisionales fundaron la amplia campaña Saoirse (“Libertad”) para construir la solidaridad con los prisioneros y prisioneras del republicanismo irlandés, pero redujeron su sección británica cuando comenzó a crecer en tamaño y actividad fuera de su control. La reemplazaron más tarde por Fuascailt (“Liberación”), una campaña más pequeña que también concluyeron al pedir a sus miembros que se uniesen a la Sociedad Wolfe Tone (organización partidaria del Sinn Féin).

El Movimiento Tropas Fuera comenzó a acercarse de nuevo a los Provisionales en el Comité por la Retirada Británica (originalmente un amplio comité que planeaba la conmemoración de la masacre del Domingo Sangriento en Derry), y toda la escena de solidaridad irlandesa comenzó a ser cada vez más pequeña, estando su mayor parte bajo control Provisional, con grupos republicanos más pequeños, y activistas y pequeños grupos no influidos por los Provisionales.

Las conmemoraciones anuales de las Huelgas de Hambre en Gran Bretaña se volvieron problemáticas desde que los Provisionales dejaron claro (sin dejarlo nunca por escrito) que no enviarían ponentes a ninguna conmemoración a la que fuesen ponentes de IRSP (Partido Republicano Socialista Irlandés, ligado al INLA). Como tres de los diez mártires de tales huelgas eran afines al IRSP, ponía a la organización de dichas conmemoraciones en una posición muy difícil. O cedían ante la exclusión y censura por parte de los Provisionales, o se oponían a ello y no tenían ponente del mayor de los grupos republicanos.

Durante la mayor parte de esas décadas, los Provisionales (y en menor medida el INLA, después también en IRA Auténtico –Real IRA– y en una ocasión el IRA Oficial) llevaron a cabo campañas de bombas en Inglaterra. Cierto número de las detonaciones del IRA, algunas por error y otras (en apariencia) deliberadas, mataron civiles. Una de esas explosiones, en 1974, aparentemente previo aviso fallido, mató e hirió a un buen número de civiles en Birmingham. Esto dio al Estado británico la legitimidad para aprobar el Acta de Prevención del Terrorismo, la cual facilitó la represión a gran escala de la comunidad irlandesa. Esto, combinado con las falsas acusaciones y condenas de los Seis de Birmingham, los Cuatro de Guildford, los Siete de Maguire y Judith Ward, junto con la campaña mediática británica, creó en la comunidad irlandesa una atmósfera de miedo e intimidación. Eso llevó a un grave parón de la solidaridad a la causa irlandesa hasta que las huelgas de hambre de 1981 galvanizaron la comunidad irlandesa y a partes de la izquierda británica.

La intención del IRA con su campaña de bombas parecía ser disminuir el apoyo de la clase dirigente británica por la guerra y aterrorizar al público para que presionara a su gobierno para retirarse de Irlanda. Sin embargo, estaba claro desde mediados de los setenta, si no antes, que el Estado británico estaba preparado invertir una gran cantidad de recursos financieros, militares, políticos, y judiciales para combatir en Irlanda.

Claramente, mantenerse ocupando los Seis Condados tenía gran importancia para la clase dominante británica más allá de la comprensión de la militancia republicana (y tal falta de comprensión parece mantenerse en el espectro del republicanismo irlandés hasta hoy en día).

Las masas británicas ya habían demostrado su deseo de que se retiraran las tropas de Irlanda en sondeos de opinión públicos. La campaña de bombas no hizo nada para aportar, sino que más bien creó un clima en el que la opinión pública toleraba el abuso de los derechos de la población irlandesa y su represión en Gran Bretaña, junto con la tolerancia de facto de la represión en los Seis Condados, incluyendo asesinatos por parte del Estado.

El Acta de Prevención del Terrorismo 1974 tenía como objetivo específico la comunidad irlandesa porque era la comunidad con más en juego a la hora de oponerse a lo que estaba ocurriendo en los Seis Condados y porque tenían acceso a los hechos, con lo que podían informar a sus amigos británicos, compañeros y compañeras de trabajo, etc.

A pesar de la falta de progreso en sus objetivos y a pesar de su efecto contraproducente, las campañas con bombas del IRA continuaron en Gran Bretaña esporádicamente hasta 1996. Dos años después, el Acuerdo del Viernes Santo marcó el final de cualquier posibilidad para los Provisionales de seguir con las explosiones, aunque otros grupos republicanos “disidentes” podrían hacer uso de esa misma táctica en el futuro.

De nuevo, había alternativas revolucionarias.

Si los Provisionales se hubiesen esforzado en la construcción de alianzas y la movilización, especialmente en ligarse a movimientos de masas sin tratar de controlarlos, el panorama de Inglaterra podría haber sido diferente.

El sector solidario de la comunidad irlandesa debería haber tenido permitido divergir en varios grupos y lealtades políticas pero siempre animado a formar un gran frente de solidaridad con la causa irlandesa de la retirada británica, con el mismo tipo apoyo amplio hacia los prisioneros y prisioneras republicanas. La comunidad irlandesa constituía alrededor del 10% de la población de las ciudades británicas, y suponía una enorme fuente potencial de solidaridad e información a través de sus enlaces sociales y con el sindicalismo, lo cual hubiese podido minar y sobrepasar la censura y propaganda de los medios de comunicación británicos.

Al mismo tiempo, la resistencia en Irlanda debería haber forjado conexiones con la clase obrera británica: quienes les explotan son a su vez opresores del pueblo irlandés. Estas conexiones deberían haber priorizado militantes y grupos revolucionarios por encima de socialdemócratas burocráticos y, de nuevo, mucho de esto podría haber sido realizado a través de la diáspora irlandesa (de aplastante mayoría obrera).

También se podrían haber construido alianzas con las comunidades asiáticas, afro-caribeñas, africanas, etc de Gran Bretaña, unas comunidades sujetas al racismo y a ataques xenófobos en Gran Bretaña y cuyas tierras natales están siendo exprimidas por el imperialismo británico.

Nada de esto hubiese sido fácil, pero a largo plazo podría haber sido mucho más productivo, y una serie de alianzas progresivas habrían significado la masificación de la solidaridad con la causa irlandesa en lugar de lo contrario.

Sin embargo, los provos (y también un caso común dentro de republicanismo irlandés) prefirieron oscilar entre las acciones militares tales como las bombas por un lado, y propuestas reformistas por el otro. Aquellos que fanfarronean de su grado de compromiso con las campañas militares y sus mártires, marginalizando la importancia de activistas solidarios, finalmente acabaron en la administración del Estado colonialjunto a los unionistas y colaborando con la policía colonial británica. A lo largo del proceso, rindieron el estatus de preso político por el cual tantas personas habían luchado y diez de ellas habían muerto en una huelga de hambre.

Conclusión

Stormont Building, seat of the British colonial government in Ireland since 1932 except during years of direct rule from Britain.  Sinn Fein have gone from revolutionary campaigning for its abolition and Britain getting out of Ireland to being part of the colonial government, the Northern Ireland Executive.
Stormont Building, sede del gobierno colonial británico en Irlanda desde 1932, excepto durante los años de gobierno directo de Gran Bretaña. Sinn Féin han pasado de la campaña revolucionaria para su abolición y para que la Gran Bretaña salga de Irlanda a formar parte del gobierno colonial, el Ejecutivo de Irlanda del Norte.

Una lucha militar en una pequeña parte de la isla nunca iba a tener la oportunidad de derrotar al imperialismo británico. Además, era necesaria la lucha de masas social y política en toda Irlanda, o al menos en gran parte de ella, para impedir que fuese confinada a una parte del pueblo irlandés, y finalmente contenida.

También eran necesarias alianzas internacionales de carácter revolucionario, no alianzas que pudiesen restringir y minar las demandas de la revolución irlandesa.

Además, alianzas con fuerzas revolucionarias en Gran Bretaña también hubiesen sido fundamentales y, en particular, una relación simbiótica de la lucha revolucionaria en cada país, alimentándose de las fuerzas compartidas pero sin depender la una de la otra.

Si en el momento en que Gran Bretaña ha enviado o considera enviar fuerzas armadas de represión a Irlanda, la clase dominante británica se enfrenta con estallidos revolucionarios en su tierra y en el extranjero, hubiese restringido considerablemente su habilidad para desplegar las tropas mientras al mismo tiempo detona el colapso de la moral y quizá el comienzo de motines entre sus propias Fuerzas Armadas.

Es posible derrotar al imperialismo británico, pero no con las políticas y métodos del movimiento republicano irlandés. Lo que se necesita es un movimiento socialista revolucionario de carácter obrero, que movilice a la población trabajadora irlandesa en torno a los problemas que los afectan de forma directa, practicando la solidaridad internacionalista y creando progresivamente tanto alianzas anti-imperialistas temporales como alianzas permanentes revolucionarias y de clase.

Por desgracia, tal movimiento u organización no existe en Irlanda en este momento.

(La versión dirigida a los irlandeses terminó con la siguiente pregunta: “¿No deberíamos construirla?”)

Deire-Fómhair/ Octubre 2012 (ligeramente revisado en enero 2014).

APÉNDICE

BREVE HISTORIA DE LA LUCHA DEL PUEBLO DE IRLANDA CONTRA EL COLONIALISMO INGLÉS Y IMPERIALISMO BRITÁNICO

En el siglo XII, Irlanda estaba parcialmente conquistada y colonizada por los normandos, que habían invadido y colonizado Inglaterra y Gales cien años antes. Los gobernantes normandos de Inglaterra habían llegado a acuerdos con los gobernantes sajones previos (que a su vez habían sido invasores y colonos de ciertas partes de la Bretaña celta), y comenzaron a llamarse “ingleses” (en gaélico se siguieron refiriendo a ellos de la misma manera que a sus predecesores, como Sacsannaigh, esto es: sajones; y en irlandés moderno aún se sigue haciendo: Sasannaigh).

Las contradicciones se desarrollaron entre estos ingleses y los colonizadores normandos originales de Irlanda,

Normans from Wales invaded Ireland in 1169 and established a colony.  They had conquered England in 1066.  Over time they became "the English" and extended their control until they ruled the whole of Ireland.
Normandos de Gales invadieron Irlanda en 1169 y establecieron una colonia. Habían conquistado Inglaterra en 1066. Con el tiempo se convirtieron en “Ingléses”, y extendieron su control hasta que gobernaron toda Irlanda.

a quienes los ingleses se referían como “viejos ingleses” (o, en ocasiones, como “ingleses degenerados”) y los irlandeses como Gall-Ghael (“irlandeses extranjeros”).

Los colonizadores normandos originales se habían mezclado con los nativos (excepto en la ciudad fortificada de Dublín y alrededores), aprendido gaélico irlandés, y adoptado muchas de sus costumbres, así como establecido alianzas mixtas. La exportación a Irlanda de la Reforma en la Iglesia de Enrique VIII e Isabel I, desde mediados del siglo XV a mediados del XVI, junto con las guerras del Parlamento contra sus reyes – Carlos I a principios del XVII y más tarde en ese mismo siglo, la liderada por Guillermo III contra Jacobo II – transformaron a los irlandeses descendientes de normandos en aliados irrevocables de los celtas nativos, y posteriormente ambos grupos de fundieron.

Las sucesivas plantaciones (colonizaciones masivas), dejaron muchas partes de Irlanda ocupadas por comunidades de un origen étnico diferente, de otra adscripción religiosa a la de los nativos, que hablaban otra lengua y ocupaban las mejores tierras, de las que habían sido expulsados los irlandeses. Sin embargo, los colonos continuaban siendo una minoría y eventualmente tuvieron que llegar a ciertos acuerdos con los nativos. Al mismo tiempo, estaba emergiendo una burguesía colonial (similar proceso estaba ocurriendo en lo que después serían los Estados Unidos de América) que veía sus intereses como diferentes en muchas maneras a los de Inglaterra y, como muchos de ellos eran presbiterianos, a los de la Iglesia anglicana (la Iglesia del Estado inglés) establecida en Irlanda. Estas contradicciones crecieron y se mezclaron con ideologías republicanas y anti monárquicas y, envalentonado por la rebelión de los colonos americanos (muchos de ellos presbiterianos) y la Revolución Francesa, un sector de esta burguesía irlandesa (de origen británico) se unió a los irlandeses nativos hacia el final del siglo XVIII y se declararon en rebelión abierta contra el dominio británico.

Notables of the United Irishmen, the first Republican movement in Ireland, mostly led by Presbyterians.  After the defeat of its 1798 insurrection, the Presbyterian community came under the idealogical control of the Orange Order and British Loyalism, which is where it has remained to this day.
Notables de los Irlandeses Unidos, el primer movimiento republicano en Irlanda, sobre todo dirigido por los presbiterianos. Después de la derrota de su insurrección de 1798, la comunidad presbiteriana quedó bajo el control ideológicos de la Orden de Orange y el lealismo británico, que es donde se ha mantenido hasta nuestros días.

Las rebeliones republicanas de 1798 (las tres mayores en el noreste, sudeste y oeste de Irlanda) no tuvieron éxito, pero muchos de los que permanecieron en Irlanda se consideraron en lo sucesivo como un solo pueblo, los irlandeses, siendo mayoría pero no todos de fe católica.

La excepción más notable se dio en ciertas partes de Úlster, donde en las consecuencias de la derrota de la rebelión del ’98, la Orden de Orange controló socialmente y más tarde dominio ideológicamente la gran mayoría de la enorme comunidad presbiteriana de allí. Las alianzas políticas de la mayoría de los presbiterianos de allí desde entonces al presente han permanecido fieles a la Monarquía Británica y su Estado. Como sus colonos en Irlanda, siempre se esforzaron por mantener Irlanda para la Corona Británica y a ellos mismos en ascendencia y, al principio del siglo XX, cuando ya no pudieron seguir haciéndolo, trataron de mantener la esquina de Irlanda donde eran más numerosos a salvo para Gran Bretaña y para sí mismos, sojuzgando a los irlandeses nativos bajo su dominio mediante la opresión sectaria y la discriminación en el empleo, vivienda, administración, política y ley.

Sin embargo, antes de esto, al principio del siglo XIX, los irlandeses (ahora una mezcla de nativos con normandos e ingleses asentados) del movimiento de la “Joven Irlanda” habían comenzado a preparar una nueva rebelión republicana. Pero la tragedia de la Gran Hambruna intervino: inanición, hambre, enfermedades y emigración masiva pusieron fuera de juego a la gran rebelión. Años más tarde, otra rebelión a gran escala fue detenida cuando las cuidadosas preparaciones de los Fenianos fueron echadas por tierra con un ataque preventivo de la policía y el ejército británico.

A medida que el final del siglo XIX se aproximaba, los irlandeses volvían a reafirmar su independentismo nacionalista, mediante medios de reforma parlamentaria, agitación agraria (más tarde también con luchas industriales), y preparativos para una insurrección armada. Mientras los Estados europeos y de más allá estaban atrapados en la Primera Guerra Mundial imperialista, los irlandeses se alzaron en una corta y fallida rebelión (Alzamiento de Pascua de 1916) que sin embargo fue seguida por una cruenta guerra de guerrillas (Guerra de la Independencia Irlandesa) en varias zonas de Irlanda.

En 1921 los británicos negociaron un acuerdo que les dejaba ocupando seis de los 32 condados de Irlanda, lo que llevó a la Guerra Civil Irlandesa en 1922 entre el recién nacido Estado irlandés y la mayoría de los anteriores rebeldes, que fueron derrotados.

El nuevo Estado irlandés estaba controlado por los representantes políticos y burocráticos de la burguesía nativa, que continuaba bajo la influencia económica y financiera de la potencia colonial, que también mantenía los seis condados bajo la administración local de la burguesía anglicana y presbiteriana con el control social de los lealistas de la Orden de Orange, y dominando a una minoría católica mediante la policía y el ejército.

El órgano de control social en los 26 condados era la Iglesia católica, conservadora y pro-capitalista.

Ningún gran cambió ocurrió hasta finales de la década de 1960, cuando la agitación comenzó por los derechos civiles en los Seis Condados, oponiéndose a la discriminación contra la minoría católica (casi todos descendientes de irlandeses y normando-irlandeses). A medida que la campaña por los derechos civiles se encontraba con la violencia desatada del Estado, más tarde respaldada por tropas de Gran Bretaña, la minoría católica continuó resistiendo mientras una parte de ella se enzarzó en una feroz guerra de guerrillas tanto urbana como rural. Esto continuó durante prácticamente treinta años, hasta que un acuerdo llevó a la mayoría de las fuerzas guerrilleras a la rendición (Acuerdo de Viernes Santo, 1998).

Ahora, poco más de diez años más tarde, la organización republicana que lideró la lucha contra la ocupación británica de Irlanda se ha incorporado a la administración local de la colonia británica de los Seis Condados y está buscando formar parte de la dirección política de la neo-colonia del resto de Irlanda. El Sinn Féin tiene Ministros en el Ejecutivo del Norte de Irlanda, que es la administración local del Estado colonial británico. El Ejecutivo lleva a cabo recortes en servicios para el pueblo de los Seis Condados, como parte de la estrategia capitalista de trasladar su crisis a la clase obrera, y también reduce los salarios. También administra las fuerzas policiales locales (PSNI), que anualmente refuerza provocativas marchas lealistas que atraviesan zonas católicas enfrentándose a la oposición de la población, y lleva a cabo el acoso tanto individual como comunitario en las áreas de resistencia.

Fin